Entrevista | Marlena: “No hace falta subirse a unos tacones, mola más que haya un poco de todo. Esa diversidad gusta”

Si una mujer lo tiene difícil para triunfar, ¿dos era prácticamente imposible?La verdad es que a nosotras siempre nos han respetado mucho, tanto nuestra imagen como a quién queremos cantar o con quién nos queremos subir al escenario, porque desde el minuto 1 es lo que hemos desprendido. Nunca ha habido ninguna guerra. Nos gusta mucho que niñas e incluso niños nos tengan como referentes. No hace falta subirse a unos tacones, ¡quién pudiera!, mola más que haya un poco de todo. Esa diversidad gusta. Lo bueno es que nosotras nunca vamos a forzar nada ni a hacer nada con lo que no estemos a gusto. La gente que trabaja con nosotras lo que quiere es oír nuestra opinión. ¡Solo faltaba!

¿Se necesitan referentes LGTBI?La gente necesita referentes que les hablen claro y de manera natural. pero tienen que llegar a todas las casas. Que se puede cantar a un chico o a una chica y no pasa nada. Si desde un principio lo haces así, no habrá estereotipo que te pare. No hemos tenido ni una crítica y, si la ha habido, nos ha entrado por un oído y nos ha salido por el otro. Aunque es curioso y bastante sorprendente que cada vez tengamos más haters, pero es que es un reflejo de la sociedad: cuando vemos que algo está creciendo, metemos un picotazo para intentar desequilibrar. Nosotras, cuanto más nos escuchan, más haters tenemos.

¿Se puede decir que viven de la música?Sí, al cien por cien. Esa era una de las cosas que se ponían en duda sobre nosotras, pero, afortunadamente, sí podemos decir que vivimos de la música. Y más nos vale hacerlo, porque nosotras en un despacho no nos metemos (ríen).

¿Y qué sienten?Es un orgullo, la verdad. Igual tenemos demasiada modestia, pero sí es verdad que creemos que estamos teniendo bastante cabida en el panorama musical español. Y mola, porque nos lo estamos currando mucho. Hay mucho trabajo detrás y mucha ambición.

¿Cuesta creérselo?Cuando vas con una carrera más lenta y construyendo la pirámide, eres más consciente de lo que vas consiguiendo, pero, a la vez, dices: ‘madre mía, todo lo que queda’. A veces entra un poco frustración.

¿Por esa ambición que dicen tener?No, porque la ambición que tenemos es sana. Siempre hay un escalón más que saltar. Para nosotras no hay límites. Nos referimos a que hay días malos, de cabreo o de frustración, de decir eso de: ‘¡que llegue ya todo!’. Pero lo bueno es que, al ser dos, nos calmamos mutuamente.

¿El dúo goza de buena salud?Evidentemente. Estamos rodeadas de muy buena gente, que también es fundamental. Evidentemente, hay algún rifirrafe, pero no nos imaginamos de ninguna manera que entrevistes a Ana o Carol por separado y te digamos que no nos hables a una de la otra. ¡No sabríamos que tendría que pasar para que llegáramos a ese punto! (ríen).

¿El secreto de su éxito es tener un sonido muy reconocible?Fíjate que eso es lo que más le cuesta conseguir a un artista. Que un fan o alguien que esté empezando diga que quiere sonar como Marlena es a lo más grande que puede aspirar un artista. Es que cuesta llegar hasta ese punto, y lo hemos conseguido desde la naturalidad.

Parece difícil en esta época de tanto postureo, ¿no?Nos cuesta un poco encajar en la parafernalia del mundo que hay ahora de influencers y cantantes, pero nosotras encantadas. Eso todavía es más auténtico, porque si encajamos en un sitio, bien, y si no, nos da igual. Nosotras nacimos así en la música, rompiendo reglas tanto en nuestra vida personal como en la laboral. Eso es lo que también nos hace distintas.

Suelen hacer letras con mensajes, a veces a terceras personas, que ahora parece estar muy de moda. ¿El arte tiene límites?No tiene límites, pero tiene respeto. Tú puedes contar muchas cosas, incluso verdades que puedan molestar a otras personas, pero desde un respeto. Si enlazas las dos cosas, todo va a salir de maravilla.

Esta va para Ana. ¿Cómo se ve siendo noticia por su vida personal?La verdad es que me da igual. Afortunadamente, mi familia me apoya y me dice que lo llevo bien. Es verdad que me parece gracioso verme en portada de una revista o en programas del corazón. Mi madre me pregunta que qué hecho, y yo le digo que no sé. Una canción, dos… (ríe). Pero eso no es lo que más me molesta de la fama, sino que la gente hable sin saber. Lo que hay que hacer es no saltar y olvidarlo.

¿El Benidorm Fest ha sido un punto de inflexión en su carrera?No diríamos tanto. El Benidorm Fest nos ayudó a saber lo que queremos y no queremos. No es lo mismo un escenario de televisión que uno de un concierto de Marlena. Tampoco el sonido. Nosotras somo más del barro, del directo, así que hemos hecho autocrítica. Ese ha sido nuestro punto de inflexión. 

¿Qué opinan de Zorra? ¿Entienden el debate en torno a la canción?Nos parece un debate ridículo. La letra de la canción y toda la ironía que conlleva están superclaras. Es verdad que la puesta en escena la hubiésemos hecha distinta, aunque no sabemos qué harán en Eurovisión. Pero ellos son maravillosos. Y que la interprete Mery Bas aun más, por como está todo estipulado con las mujeres, que ya a partir de cierta edad no puede ser preciosas o princesas.

Vuelve Factor X, el formato que las lanzó a la fama.Sí. De repente hemos visto nuestras caras en el anuncio y decimos: ‘¡qué niñas!’ (ríen). A ver cómo funciona el programa. Nosotras estaríamos encantadas de volver para cantar. Fueron nuestros comienzos y una experiencia de la que aprendimos mucho.