Zelenski destituye a Zaluzhny, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania

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El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha destituido a su comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Valerii Zaluzhny, en una drástica defenestración que llevaba semanas pendiente de un concretarse.

Las tensiones entre el presidente ucraniano y Zaluzhny, el principal rostro del Ejército ucraniano, se han exacerbado en el último mes, con presuntos desacuerdos —aireados por la prensa local ucraniana— por la estrategia militar en la contraofensiva, la escasez de avances territoriales o las nuevas iniciativas de reclutamiento cuando la invasión rusa a gran escala se acerca a su segundo aniversario.

Con el relevo de Zaluzhny en su puesto, Zelenski pretendería dar aire renovado a las Fuerzas Armadas para encarar este difícil año 2024.

“Me he reunido con el general Valerii Zaluzhnyi. Le agradecí los dos años de defender a Ucrania. Discutimos la renovación que requieren las Fuerzas Armadas de Ucrania. También discutimos quién podría ser parte de ese liderazgo renovado. El momento de tal renovación es ahora. Le propuse al general Zaluzhnyi seguir formando parte del equipo”, ha publicado el presidente en un tuit este jueves.

Zaluzhny será sustituido por Oleksandr Syrskyi, actual comandante general de las Fuerzas Terrestres de Ucrania y antes, jefe de operaciones en el Donbás. Zelenski ha destacado el papel del comando de Syrskyi en la difícil defensa de Kiev, así como la contraofensiva de Járkiv, que recuperó 12.000km cuadrados en apenas unas semanas.

Tras un primer año de invasión en la que Zaluzhny se ganó el reconocimiento tanto puertas adentro en Ucrania como de Occidente, las tensiones con Zelenski crecieron durante el segundo. Primero fue admirado por su previsión; mientras los líderes políticos ucranianos trataban de quitar importancia al despliegue ruso, en enero y febrero, y pedían a EEUU y compañía que no causaran pánico, las tropas de Zaluzhny retiraban subrepticiamente el armamento pesado de las bases para cuando cayesen sobre ellas los misiles rusos. Luego, por su flexibilidad en la defensa de Kiev, aprovechando los descuidos rusos en sus líneas de suministros y finalmente forzando su retirada; así como su reforma interna del Ejército ucraniano, apostando por los estándares de la OTAN frente a la herencia soviética. Finalmente, el éxito de la primera gran contraofensiva ucraniana, cuando en apenas unas semanas se logró reconquistar gran parte del noreste del país mientras el mundo todavía miraba al frente sur.

Pero los limitados avances en la contraofensiva de este 2023, dificultados por el tiempo en el que Rusia preparó sus defensas en el sur, tensaron los ánimos. En una polémica entrevista que concedió Zaluzhny a The Economist, el general parecía destilar una pesadumbre sobre las posibilidades de otros vertiginosos éxitos territoriales y señalaba que la guerra está en punto muerto. Zelenski salió a la palestra a contradecir a su general. Hasta el momento, habían mantenido una —al menos públicamente— relación cordial, pese a los persistentes rumores de que la popularidad de Zaluzhny no sentaban bien al presidente.

“Tengo una relación de trabajo con Zaluznhy. Él debe ser responsable del resultado en el campo de batalla como jefe del Ejército. Así como el Estado Mayor”, declaró hace unas semanas Zelenski, en medio de nuevas tensiones por la ley de reclutamiento. A punto de entrar en su tercer año y con los avances empantanados, Ucrania necesita de la impopular medida de una nueva movilización. Ejército y Gobierno han intercambiado declaraciones sobre cómo y hasta que alcance debe ser organizada, evidenciando las primeras grietas en la unidad ucraniana fruto de la brutal invasión rusa.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha destituido a su comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Valerii Zaluzhny, en una drástica defenestración que llevaba semanas pendiente de un concretarse.

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