La nostalgia abre a la música el futurista nuevo Santiago Bernabéu

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La nostalgia por sonidos de ayer y siempre como los de Camela, OBK, Seguridad Social, La Unión o Amistades Peligrosas han abierto al fin el nuevo y futurístico estadio Santiago Bernabéu para la música después de cuatro años de reformas que lo han convertido en la gran plaza a conquistar de este siglo.

Por este espacio con aforo para más de 53.000 personas en concierto y en pleno Paseo de la Castellana de Madrid pasarán en los próximos meses muchos de los reyes y reinas de la música actual, como Taylor Swift (29 y 30 de mayo), Duki (8 de junio), Manuel Carrasco (29 de junio), Luis Miguel (6 y 7 de julio) o Karol G (20, 21, 22 y 23 de julio).

Como un calentamiento para los grandes eventos que han de venir, la puesta de largo como templo musical ha llegado de la mano de artistas más modestos que, unidos bajo el formato ya conocido de Locos por la música, han hecho valer este viernes, ante unos 25.000 asistentes (según la organización), su condición de resortes emocionales para varias generaciones.

La generación de OT encabezada por Amaia y Aitana (quien volverá aquí como solista en diciembre de este año) celebró en 2018 el último concierto prerreforma, en un tiempo en el que la casa del Real Madrid raramente se abría para la música, mucho menos en plena temporada de fútbol, salvo para figuras como The Rolling Stones o Bruce Springsteen.

El nuevo Bernabéu aspira sin embargo a absorber buena parte de los grandes eventos del futuro gracias a una compleja reforma estructural que incluye un techo y un suelo retráctiles, que protegen el césped y posibilitan este tipo de celebraciones sin importar el calendario ni el parte meteorológico.

Con la cubierta cerrada se lo han encontrado los miles de personas que desde primera hora han acudido hoy al estadio, con accesos fluidos y una fachada resplandeciente hacia fuera pese a las obras que persisten frente a la Castellana, también en sus tripas, donde el hormigón desnudo se alterna aún con vallas y lonas.

Brooklyn Tech Support

Melon Diesel, Soraya, La Frontera, La Guardia… Sin más anuncios que los de los rótulos en las tres pantallas del escenario se han ido alternando los primeros artistas, muy fugaces en sus actuaciones de solo dos o tres temas emblemáticos de sus carreras.

“¡Estamos demostrando que la música de los 80 y 90 no depende de la radiofórmula, sino de ustedes!”, han proclamado Amistades Peligrosas antes de interpretar el icónico Me haces tanto bien ante unos asistentes en pleno bullicio que, en términos generales, superaban los 40 y los 50 años de edad.

Son los que han celebrado esa banda sonora compuesta por éxitos de un arco de cuatro décadas como Es por ti de Cómplices, Mediterráneo de Los Rebeldes, Mi agüita amarilla o El canario de ese híbrido de Toreros Muertos y No Me Pises Que Llevo Chanclas que colideran Pablo Carbonell y Pepe Bejines, así como Antes que ver el sol de Coti, de una época más reciente.

Una de las grandes incógnitas de la nueva etapa era la acústica y esta ha respondido moderadamente bien, como cuando Rafa Sánchez ha interpretado hits como Hombre lobo en París, que ha dedicado a la memoria de su excompañero en La Unión Mario Martínez.

Ha sido una velada que, pese a su título, no ha sido solo música, con muchos momentos de sorteos de marcas comerciales y deejays que han pinchado a Xuxa, El Venao de Los Cantantes o Nochentera de Vicco y en el que se han preguntado cosas como: “¿Dónde está la gente que grababa canciones de la radio?”.

En ese contexto y entre sus Cosas de la edad, Modestia Aparte se ha permitido un conato de Highway To Hell de AC/DC y ha constatado que su vocalista mantiene los agudos de hace 30 años, mientras que OBK le ha inyectado una dosis de electrónica a la velada con un show que no ha conectado con las escuchas de este público hasta que se ha interpretado El cielo no entiende e Historias de amor.

Entonces sí, entonces el Bernabéu ha cantado al unísono, como durante la sesión posterior de Dj Nano con un bloque entero dedicado a Hombres G, o cuando Seguridad Social ha irrumpido con Mi rumba tarumba, Comerranas o Chiquilla y, sobre todo, cuando Camela ha saltado al escenario como plato fuerte del programa, reinaugurando este estadio señorial con sus tonadas de gasolinera, de Sueños inalcanzables a Cuando zarpa el amor.

La guinda ha llegado de la mano (y los platillos) de Juan Magán, el encargado con su electrolatino de poner a bailar a lo que quedaba de público, que aún era mucho, con grandes éxitos como Bailando por ahí, Usted o Te voy a esperar. Sí, hay nuevo templo de la música en España.

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