‘Historia Antigua de la Península Ibérica. Desde la fundación de Gadir hasta la muerte de Alejandro Severo’

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Sabino Perea, Profesor Titular y María de los Ángeles Alonso, Profesora Contratada Doctora, ambos del Departamento de Historia Antigua de la UNED, repasan en ‘Historia Antigua de la Península Ibérica. Desde la fundación de Gadir hasta la muerte de Alejandro Severo’ un recorrido pensado «para servir de guía, en sus primeros pasos, a los estudiantes universitarios de Historia Antigua». Una declaración de intenciones que incumbe, por lo tanto, a todo lector interesado en la evolución de nuestros ancestros, con especial foco en la política romana en Hispania.

La obra presenta una síntesis histórica iniciada con los primeros contactos externos de culturas orientales más avanzadas (basada en la fundación de Gadir por los fenicios) y siguiendo con la cultura tartesia, la presencia griega en la costa mediterránea, la llegada de los cartagineses en el siglo III a. C., y, finalmente, con la entrada en escena de los romanos que llegan a la Península Ibérica en 218 a. C., en el contexto de la Segunda Guerra Púnica. Bases del régimen ‘monárquico’ (del que se estudian los más de dos siglos que gobernaron en Roma las grandes dinastías), en las que la muerte por asesinato del último emperador de los Severos, Alejandro, en el 235 d. C., significa también ‘políticamente’ el punto final del régimen del Principado.

¿Cuál es el público objetivo (y a qué lectores puede interesar)?

Es nuestra obligación como docentes ofrecer al estudiante universitario herramientas de aprendizaje renovadas, adaptadas en cierta medida a los nuevos tiempos. Los viejos manuales de Historia de España solían adolecer del defecto de ser demasiado ‘ladrillos’, como se decía en la jerga estudiantil, con textos explicativos muy densos y rara vez acompañados por aparato gráfico. En esta obra hemos combinado un texto riguroso, basado en fuentes antiguas (latinas o griegas) de las que se dan referencia de las más importantes.

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Un libro de Historia Antigua serio, que se precie de serlo, no debe nunca renunciar a las fuentes clásicas, pues son el alimento de que ha de nutrirse la ciencia. Por desgracia, últimamente están en boga (y con demasiado éxito, por desgracia) libros sobre Roma antigua, o sobre la Península Ibérica en la Antigüedad, donde se da excesiva importancia a cosas que no la tienen, haciendo del libro un compendio de anécdotas. En nuestro caso, no es así de ningún modo. Nuestro libro es ‘científico’, y, aunque va dirigido a estudiantes universitarios, también debería conocerlo cualquier persona interesada por conocer el pasado de España, de esos «mil primeros años» de su historia de la que se conservan testimonios escritos, indirectos o directos.

¿Qué claves pueden destacar de la publicación (por ejemplo, como resultados de investigación o consideraciones críticas)?

El libro no presenta hipótesis nuevas o revolucionarias con respecto a lo que se sabe de la península Ibérica. Es una síntesis actualizada, que reúne las tendencias y las investigaciones más recientes sobre nuestro pasado. Por ejemplo, nos hacemos eco de los avances que ha habido en los últimos años en el conocimiento de la civilización tartésica. Por otra parte, y tanto por el afán didáctico como para hacer más dinámica su lectura, cada capítulo va acompañado de imágenes ‘ad hoc’, de mapas, de un glosario específico de términos poco usuales en la lengua común y específicos de la terminología del mundo romano en Hispania, y de unas recomendaciones bibliográficas actualizadas. Incluso se proponen unos ejercicios de auto-evaluación, donde el lector puede comprobar por sí mismo el grado de asimilación de contenidos. Es decir, hemos incorporado los elementos que la nueva pedagogía aconseja para estos tiempos en los que la imagen es tan importante para retener conceptos.

La obra estudia un periodo de algo más de mil años… ¿destaca algún periodo en este contexto?

Esos 1.000 años, aproximadamente, que se estudian en el libro se pueden dividir en dos bloques. El primero, relativo a lo que conoce como ‘de exploración’ (¡y de explotación!) por parte de potencias marítimas extra-peninsulares de las costas mediterráneas de nuestra península, es decir, la llegada y presencia de fenicios, luego de griegos y de cartagineses. Solamente estos últimos, a partir del año 237 a. C., se mostraron claramente imperialistas, con el propósito de someter a los pueblos de la península situados en las zonas del interior, y no sólo para explotar sus recursos, sino para proveerse de soldados ibéricos. En realidad, Cartago usó a Iberia como plataforma de lanzamiento de su proyecto, mucho más ambicioso, de conquistar la propia Roma. De ahí que Iberia fuese escenario de la primera fase de la Segunda Guerra Púnica, siendo uno de sus hitos la famosa toma de Sagunto por Aníbal.

Parte importante del libro es también el análisis de las sociedades de cultura céltica o ibérica que formaban el mosaico de pueblos autóctonos en la península entre los siglos VIII y III a.C., de los que tanto los autores clásicos como el registro arqueológico y la epigrafía dan a conocer sus modos de vida, urbanismo, artesanía, formas de organización socio-política y creencias religiosas.

¿Cómo se estableció la división de capítulos?

El reparto es puramente convencional. Se trató de repartir el trabajo de forma equilibrada, pues ambos autores tenemos la formación académica necesaria para acometer la redacción de una obra de estas características. Ambos creímos oportuno introducir en muchos de los capítulos fichas temáticas en las que se comentan documentos epigráficos relevantes, relativos al tema tratado. Estos comentarios acercan al lector a la fuente primaria de conocimiento, mostrándole de dónde parte el trabajo del historiador y el conocimiento de la historia. En realidad, ha sido un trabajo en equipo.

La presencia romana en España es, sin duda, un periodo clave de nuestra historia… ¿qué caracterizó esta presencia en nuestro país frente a la propia de otras latitudes?

La expulsión de los cartagineses por parte de los romanos supuso el inicio de su presencia en Iberia, como potencia única dominadora, desde los inicios del siglo II a.C. hasta el siglo V d.C. Por tanto, el mundo romano en la época republicana, y luego en la imperial en sus tres primeros siglos, es importante en este libro, pues muestra el desarrollo de las instituciones romanas en Hispania, que fue, lentamente, suplantando (sin negarlas ni destruirlas) las culturas que había en la península ibérica antes de su llegada.

La aportación de Roma es inmensa: sacó a los pueblos autóctonos de su penumbra secular, con una cultura pobre y unas instituciones rudimentarias; les otorgó, ni más ni menos, que una lengua común, unas instituciones políticas bastante uniformes, basadas en el derecho romano. Asimismo, una célula de progreso inequívoco: las ciudades, cada una con sus estatutos, privilegiado o no, pero con reglas de convivencia, con una arquitectura cada vez más refinada, y un medio de vida estable, ya en el campo con las labores agrícolas, ya en las ciudades en actividades industriales o de servicios. Todo ello era un sistema de progreso. Y del progreso y del bienestar económico nacen el arte y la literatura.

¿Cuál es su consideración sobre la formación en Historia Antigua de España en pleno siglo XXI?

En cualquier ámbito del conocimiento, todo es mejorable. Hoy se tiende, quizás, a ‘tener noticia’ de más cosas, pero a tener de todas o de cada una de ellas una idea superficial, y acrítica, como si con ello bastase a nuestros anhelos culturales. Los españoles deberíamos conocer más nuestra propia historia, de cualquier época. El mundo académico proporciona instrumentos para ello, como este libro nuestro relativo a la historia prerromana y romana de España, si bien no siempre estas obras reciben la atención necesaria en los medios de comunicación, salvo honrosas excepciones. Por eso, nuestra intención fue proporcionar al estudiante universitario y al lector interesado en nuestro pasado un libro serio y atractivo en su diseño. Al fin y al cabo, esa ‘historia antigua’, como el devenir de España posterior, es nuestra propia historia, son nuestras raíces, y si cercenamos las raíces es posible que el árbol que surgió de ellas pueda secarse.

Imagen - 'Historia Antigua de la Península Ibérica. Desde la fundación de Gadir hasta la muerte de Alejandro Severo'

Ficha

Título: ‘Historia Antigua de la Península Ibérica. Desde la fundación de Gadir hasta la muerte de Alejandro severo’

Autores: Sabino Perea Yébenes y María de los Ángeles Alonso Alonso

Editorial: UNED

Año de edición: 2023

Disponible en Editorial UNED

Disponible en Unebook


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