En abril, hay que hablar del incesto, definido por una sobreviviente como: “es, ni más ni menos, que tu papá querido te viole una noche y al día siguiente te hace una carantoña, como si nada hubiera pasado.
No queda más remedio que suicidarse u olvidar”. (Tomado del artículo “Herida por el Incesto”, de la periodista y sicóloga española Lola Huete Machado).
“El impacto psicológico del incesto afecta directamente las áreas del desarrollo emocional, psicológico y conductual de la persona, situación que es más que un abuso sexual, porque quien lo realiza traiciona la confianza de la víctima, quien luego quedará afectada en su relación con los demás”, dicen los/as especialistas en el tema.
En nuestro país es un crimen latente, frecuente, alertado por casos cometidos por “prestantes” políticos.
De acuerdo con declaraciones del vocero de la Dirección Cibao Central de la PN, ya para 2018, la mayoría de las personas apresadas en la zona y en otras partes del país, por abusos sexuales, eran por incesto, sosteniendo que la gran parte de los arrestos correspondían a padres, padrastros, hermanos, tíos, abuelos y parientes cercanos que abusan de sus parientes menores de edad.
Los casos de incestos van en escala ascendente en la República Dominicana, donde solo para el primer trimestre del año pasado, la página web de la Procuraduría, contaba 136 denuncias, correspondientes de enero a marzo 2023, año en que los tribunales dictaron condenas de 10,15 y 20 años de prisión contra imputados por incesto.
En el mes de marzo pasado, la Comisión para la Igualdad de Género del Poder Judicial de la Suprema Corte de Justicia, presentó un informe explicando que, en 2022, ese órgano jurisdiccional dictó un total de 1,494 sentencias, dentro de las cuales 131 (8 %) tratan sobre delitos sexuales, violencia doméstica y contra la mujer, agregando que, “105 de estos casos involucran a víctimas menores de edad, esto es un 80 % del total de las decisiones emitidas”.
Brooklyn Tech Support
La gravedad del panorama amerita que hacedores/as de leyes, sea en el Congreso o en las sentencias judiciales, refuercen sanciones a partir de la imprescriptibilidad, cuando un niño o niña pueda recordarlo hasta la adultez avanzada.
Nuestro país debe entrar en la imprescriptibilidad de ciertos crímenes, como ha sucedido en la región y en el mundo, crímenes asimilados a los de lesa humanidad, que se juzgan “cuando se puede”, cuando se recuerda y confiesan, cuando se descubren y se reconocen, no importa el tiempo que haya pasado.
