República Dominicana, que ha sido tan solidaria con Haití, ha vuelto a exigir a las autoridades del vecino país que paralicen la construcción de un canal privado en el río Masacre para evitar una crisis en las relaciones entre las dos naciones. Se trata del mismo canal que en 2021 tensó las relaciones entre los dos países.
A diferencia de aquella ocasión esta vez el Gobierno del presidente Ariel Henry ha sido más receptivo con la solicitud de las autoridades dominicanas al comprometerse a buscar una solución a la construcción ilegal de la obra.
Henry, según el Ministerio de Relaciones Exteriores, admitió que el proyecto no es gubernamental, sino que es impulsado por empresarios particulares para negociar con la distribución de agua.
La obra, además de violar tratados fronterizos, afectaría a los productores agrícolas de ambos lados de la frontera. La iniciativa, que se efectúa en forma manual, se lleva a cabo entre las pirámides 13 y 14, ubicadas entre Fuerte Libertad y Juana Méndez.
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A pesar de la buena disposición del Gobierno haitiano la solución del conflicto tiene que buscarse por la vía diplomática, evitando siempre que puedan afectarse las relaciones entre los dos países.
Además de las pandillas en Haití hay sectores que tratan de aprovecharse de la ingobernabilidad para obtener ventajas particulares.
No es ocioso recordar que lo que menos conviene a Haití en las actuales circunstancias es un conflicto con República Dominicana.
