Danilo Medina: entre el resentimiento y el perdón (1 de 3) OPINION

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El autor es estudiante de Ciencias Políticas. Reside en Santo Domingo.

Por Isaac Feliz 

Tras un periodo considerable sin abordar temas de carácter político, he decidido analizar a una figura controversial de la vida nacional, Danilo Medina, quien, como todo personaje histórico, ha tenido tanto luces como sombras. Este análisis se dividirá en tres partes, con el objetivo de ofrecer una perspectiva objetiva. En esta primera entrega, examinaremos los inicios y el ascenso político de Danilo Medina.

Aunque Medina ya contaba con una extensa trayectoria política, su relevancia comienza a consolidarse en el año 2000, cuando se presenta por primera vez como candidato presidencial, enfrentándose a Hipólito Mejía.

En esos comicios, Medina obtuvo un 24.94% de los votos, frente al 49.87% de Mejía y el 24.60% del Dr. Joaquín Balaguer. Estos resultados sugerían la posibilidad de una segunda vuelta, sin embargo, Medina consideró innecesario un nuevo proceso electoral.

La razón: no solo el margen de Mejía (cercano al 50%) hacía previsible su victoria, sino también su alianza estratégica con Joaquín Balaguer. El propio Hipólito, en su característico estilo coloquial, afirmó haber “amarrado la chiva temprano” con Balaguer, en referencia al pacto político que garantizó su triunfo.

En 2008, Danilo Medina intentó nuevamente alcanzar la presidencia al disputar la candidatura del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) al entonces presidente Leonel Fernández.

Sin embargo, el Dr. Fernández, quien ya se había consolidado como líder indiscutible de esa organización tras la muerte del profesor Juan Bosch, logró imponerse. Además, su posición como mandatario le otorgaba una ventaja decisiva, ya que el poder presidencial genera una adhesión política considerable. Fue en este contexto que Medina pronunció su conocida frase: “me venció el Estado”.

Cuatro años después, en 2012, con Fernández inhabilitado constitucionalmente para buscar la reelección, Medina volvió a postularse como candidato. A pesar de no figurar como favorito en las encuestas internas, fue elegido sobre Margarita Cedeño, quien gozaba de un mayor respaldo popular en ese momento.

Este resultado se debió, en parte, al apoyo explícito de Leonel Fernández, quien pidió a Cedeño no competir, allanando el camino para Medina. Las circunstancias finalmente jugaron a su favor, permitiéndole obtener el triunfo electoral con un 51.21% frente al 46.95% de Hipólito Mejía.

Este éxito no habría sido posible sin el respaldo decisivo de Fernández, quien movilizó las estructuras del PLD para asegurar la victoria de Medina.

JPM

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