Novilleros técnicos y novillos veloces: flojo arranque del ciclo en la Maestranza

Volvía dos años después de su ilusionante debut en la Maestranza el extremeño Tristán Barroso, al que injustamente apartaron de la final de aquel ciclo de promoción pese a ser el más destacado de la fase clasificatoria, cuya asombrosa evolución técnica parece haber despuntado por encima de su perfil artístico. La fijeza y codicia de su coqueto primero quedó empañada por su asfixiante prontitud, siempre pegajoso y sin salirse de las telas. Sin posibilidad y sin intentos de adornos, sorprendió la voz y el gesto de tensión del torero, más sereno ante el cuarto. Aquello empezó tras un fallido recibo a portagayola, puesto en pie nada más ver que el novillo desvió su trayectoria de salida. Fue ese Churrero el más formal y maduro en su embestida, que tuvo un par de series en las que, pese a hacerlo a media altura, iba con franqueza. Tras gustarse entre remates y en una serie vibrante por el pitón derecho, fue rápido a por la espada, tratando de agarrar un débil trofeo que se esfumó en cuanto la espada no mejoró el conjunto artístico.

Lo sorprendente de Samuel Navalón es que el verano pasado se presentó en la Maestranza como novillero sin picadores y unos meses después ya muestra el oficio suficiente como para navegar entre corridas de toros. La inversión de Nemesio Matías como apoderado ha dado sus frutos; al menos, en cuanto a la solvencia técnica y a la firmeza de su poderdante. El valenciano destacó especialmente por su estoicismo en los variados quites a los novillos de Barroso, así como sus zigzagueantes y ajustados finales. Si su antecesor tuvo el novillo de más franqueza de la tarde, tuvo éste el de más vibración de los seis de Julio de la Puerta. Fue el quinto, un bonito colorado de blanquísimos pitones y de nombre Carpetero. Pese a su violenta y descompuesta salida, regaló un intenso final tras el acierto técnico de Navalón, que conectó con los tendidos en unos acertados circulares. Perdió con la espada una más que segura oreja tras alargar la faena, complicándose el novillo para la suerte suprema.

Con mucho menos bagaje que sus alternantes llegaba el novillero dinástico Mariscal Ruiz, que para colmo fue premiado con el peor lote de la tarde. Su primero, de buenas hechuras, fue orientándose durante la lidia y llegó sin celo y sin recorrido a la muleta. Más feo era Riguroso, el sexto, pobre de cara y casta. Se esforzó por ambos pitones el de Mairena del Aljarafe, que sólo pudo brillar este domingo con su habilidad en banderillas. Pese al poco éxito de su presentación como novillero con picadores en la Maestranza, el próximo domingo volverá a tener una nueva oportunidad en esta plaza tras convertirse en finalista del Circuito de Novilladas de Andalucía. Lo hará junto a Javier Zulueta y Sergio Domínguez ‘El Mella’, con novillos de Fermín Bohórquez. Al menos, que la competencia entre la terna mejore este triste arranque del ciclo.