Muere a los 86 años Duane Eddy, pionero del rock and roll y «primer Dios de la guitarra»

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John Fogerty dijo de él que había sido «el primer Dios de la guitarra», y razón no le faltaba: con su sonido afilado y minimalista y el sutil traqueteo de canciones de como ‘Rebel Rouser’, ‘Ramrod’ y ‘Cannonball’, Duane Eddy sentó las bases del rock and roll vibrante, estridente y alérgico al exhibicionismo gimnástico del que más tarde beberían George Harrison o Ry Cooder, entre muchos otros.

«Los instrumentistas no suelen hacerse famosos. Pero la guitarra eléctrica de Duane Eddy tenía voz propia», destacó ayer el director del Country Music Hall of Fame and Museum, Kyle Young, en declaraciones a la revista ‘Variety’. «Duane inspiró a una generación de guitarristas de todo el mundo con su inconfundible sonido característico ‘twang’», añadió en un comunicado el representante del músico tras anunciar que Eddy, de 86 años, falleció el pasado 30 de abril víctima del cáncer.

A diferencia de ‘guitar heros’ pirotécnicos y malabaristas como Jimi Hendrix, Jeff Beck o Jimmy Page, Eddy creó escuela con unos ‘riffs’ minimalistas y repetitivos nacidos de las cuerdas graves de la guitarra y el brazo de trémolo. Con eso y una gigantesca Gretsch G6120 color fuego tuvo más que suficiente para convertirse en el músico instrumental más exitoso de finales de los cincuenta y principios de los sesenta (se calcula que en 1963 había vendido más de 12 millones de discos) y en uno de los guitarristas más influyentes de los albores del rock and roll.

Bruce Springsteen, por ejemplo, nunca ocultó que Eddy había sido una presencia decisiva a la hora de construir su ‘Born To Run’. «Por la noche, apagaba las luces y me alejaba mientras Roy Orbison, Phil Spector o Duane Eddy me cantaban canciones de cuna hasta la tierra de los sueños. Esos discos me hablaban de una manera que la mayoría de la música rock de finales de los sesenta y principios de los setenta no lo hacían», recordaría el de Nueva Jersey al evocar los orígenes de su obra maestra de los setenta. «De Duane Eddy surgió el sonido de la guitarra, el vibrante ‘lick’ de guitarra», añadió Springsteen.

Nacido en Nueva York en 1938, Eddy creció fascinado por la imagen de ‘singing cowboys’ como Roy Rogers y Gene Autry y el sonido de los guitarristas Les Paul y Chet Atkins. Esa fue su escuela, el lugar en el que cobraron forma unas maquetas que acabaron en manos del dicsjockey y productor Lee Hazelwood, junto a quien grabaría sus primeros éxitos, ‘Moovin’ and Groovin’ y ‘Rebel Rouser’.

Esta última es, con su saxo alocado y ese riff de guitarra monolítico y adhesivo, la Piedra Rosetta de casi todo el rock y rockabilly, también de la música surf, que llegaría a partir de entonces. Años después, Hazelwood aprovecharía aquel sonido para impulsar ‘These Boots Are Made for Walkin’, de Nancy Sinatra.

Con más de 50 discos publicados y una legión de fans ingleses que en 1960 le auparon a lo más alto de la listas del semanario ‘NME’ por encima incluso de Elvis Presley, el guitarrista grabó en 1987 un disco homónimo en el que músicos como John Fogerty, George Harrison, Paul McCartney, Ry Cooder y James Burton, entre otros, acudieron a rendirle pleitesía.

«Su sonido era musculoso y masculino, vibrante y duro. Duane obtuvo más de 30 éxitos en las listas, pero lo más importante es que su estilo inspiró a miles de rockeros (The Ventures, George Harrison, Steve Earle, Bruce Springsteen, Marty Stuart, por nombrar algunos) a aprender a hacer ruido y conmover a las personas. El sonido de Duane Eddy siempre estará integrado en la estructura del country y el rock and roll», añadió Kyle Young en su despedida.

 

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