José Mateo Nina (Champlú)
En la muy vista página de facebook de José Elías Domínguez, habitualmente llena de fotografías de sancristoberos de la vieja guardia, apareció recientemente la imagen de un personaje popular ya desaparecido: Champlú el limpiabotas.
Los comentarios abundantes, pero lacónicos, omitieron datos básicos del individuo, muy conocido digamos que entre 1955 y 1977 en que murió.
Champlú, quien en la fotografía publicada luce bastante joven, se llamaba José Mateo Nina y ejerció como limpiabotas en la esquina de las calles Santomé y Restauración (hoy Manuel María Seijas) frente al hospital Juan Pablo Pina, en todas las épocas muy concurrido.
Hermanos
El principal dato que ha debido destacarse, para ilustración de los más jóvenes, es que Champlú era hermano de tres individuos conocidísimos en el apacible San Cristóbal de antes:
De don Virgilio Mateo (Bemba), que llegó a coronel de la Policía (padre, entre otros, del doctor Tomás Virgilio Mateo, médico, y de Rafael Mateo, ya fenecidos).
De Manuel Mateo (Dorao), en la década del 40 destacado corredor de campo y pista.
Y de Judas Mateo, beisbolista amateur, receptor para ser más precisión, en la década del 50 y principios de la del 60. Falleció en Nueva York en el 2021.
Hermana de ellos fue Cita, quien residía sus últimos años en un área conocida como Los Jorobaos cercana al cementerio viejo, ya borrado del mapa.
Pero importante es señalar que la madre era conocida como Martina la coja, a quien no conocí, pero si escuché de ella con atención, una vez, a Luis Arzeno Rodríguez (Luichi), culto y conocedor de muchas historias pueblerinas.
Trujillo
Luichi Arzeno me dijo en su casa de Santo Domingo que fue testigo presencial de un hecho en los años 40, creo que en 1946:
El dictador Rafael Leonidas Trujillo paseaba en su automóvil (me citó hasta la placa y el color) por las calles de San Cristóbal y pasó por donde vivía Martina.
Ella, avispada, lo vio y le voceó: “Chapita, Chapita, mira como tengo la casa, se me está cayendo a pedazos”.
Trujillo, muy sonriente, ordenó detener el automóvil y le dijo algo así: “cómo tú estás Martina, mi vieja y querida amiga”.
La llamó y le entregó mil pesos -suma respetable en la época- que sirvieron para reconstruir completamente la vivienda.
Todo se debió a que el hombre fuerte dominicano y Martina eran conocidos desde la época en que el primero vivía en San Cristóbal, mucho antes de ser mandatario.
Chapita, afirmó Arzeno Rodríquez, era el apodo por el que se conocía en San Cristóbal al que mucho tiempo después gobernó durante 31 años con mano de hierro la República Dominicana.
El apodo dejó de usarse después de 1930, pero algunos viejos conocidos lo empleaban privadamente ante Trujillo, aseguró Arzeno Rodriguez, escritor ya fallecido.
El refrán
Uno de los datos más coloridos de Champlú, también llamado Chuzo, es que usaba una especie de refrán en todas sus conversaciones, llenas de anécdotas.
“Luce texas, luce texas y texas es”. Todo parece indicarr que lo adquirió de las transmisiones radiales del beisbol y lo incorporó a su lenguaje cotidiano, no importa el tema que tratara.
En el argot beisbolero se conoce como Texas a los “flaicitos” o elevados de poca fuerza que finalmente caen al terreno convirtiéndose en hit.
Un sancristobero residente ahora en la Capital me decía el otro dia que no se explicaba como Champlú podía ganarse la vida en esa esquina, pudiendo trabajar en el parque central, por ejemplo.
Ese amigo olvidó que también frente al puesto de trabajo de Mateo Nina estaba la llamada policlínica del seguro social, que generaba movimiento de personas por la zona. Luego fue trasladada como hospital Rafael J. Mañón a las inmediaciones del play de beisbol del Instituto Politécnico Loyola.
Champlú hizo familia en Cambita Garabitos. Procreó 13 hijos con la señora Oliva Dipré, quien está viva y se apresta a cumplir 92 años.
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