EL AUTOR es político. Reside en Raleigh, Estados Unidos.
“Él me desnuda y el pueblo me viste”. Esa fue la respuesta del profesor Juan Bosch en el año 1971, a un periodista que le preguntó su opinión sobre un artículo del Dr. Jiménez Grullón titulado “Juan Bosch al desnudo”.
El Dr. Juan Isidro Jiménez Grullón se había convertido en un acérrimo adversario del ex presidente después de algunas divergencias políticas a lo interno del PRD, partido fundado en la Habana, Cuba, por Cotubanamá Henríquez, hermano de don Pedro Henríquez Ureña y un escritor distinguido en ese momento en el género del cuento literario, llamado Juan Bosch.
La aversión del Dr. Jiménez Grullón hacia el expresidente Bosch fue de grado tal, que firmó el acta del golpe de Estado que depuso a Bosch de la Presidencia de la República el 25 de septiembre de 1963, respaldando así aquel crimen histórico que tanto retraso y sangre costaron al pueblo dominicano.
Bosch abandonó las filas del PRD en diciembre de 1973 y fundó, junto a un minúsculo grupo de compañeros, el Partido de la Liberación Dominicana.
La estigmatización, auspiciada por poderes extranjeros contra el expresidente, era asumida y propagada por los grupos de la Izquierda dominicana que se creían desplazados del favor popular por él.
Las objeciones del poder extranjero durante el período de la Guerra fría, y la inquina y el resentimiento socio-político de algunos sectores nacionales, impidieron al profesor Juan Bosch volver al poder, aunque participó en 6 elecciones como candidato presidencial, luego de su derrocamiento en 1963.
El retiro de Bosch de la vida pública era algo anhelado y sugerido por políticos e intelectuales que le adversaban; y esto se acentuó, luego de su renuncia del PRD y de la fundación del PLD. En esta época se le desahució de tal manera que, algunos articulistas lo sepultaron y le escribieron epitafios políticos.
Cuando un liderazgo, obstaculiza el desarrollo de personajes y proyectos políticos que se le contraponen, la salida fácil y mediocre, es sacarlo de la circulación pública; por esta razón, sugieren y argumentan la conveniencia histórica para ese líder, de un retiro honroso a la vida privada, con la excusa de mantener su acervo histórico.
Leonel
Ese es el destino que algunos personajes y sectores políticos opuestos al Dr. Leonel Fernández le vienen sugiriendo. Ante la incapacidad, para crear con sus propias luces un liderazgo que pueda competir con el respaldo popular y la imagen del expresidente, piensan que es muy fácil hacerlo deponer sus aspiraciones, intimándolo con un juicio histórico por no haber reculado en la batalla.
Leonel Fernández sigue demostrando una increíble capacidad de trabajo y una admirable creatividad para contribuir con soluciones a los problemas dominicanos; crear una organización política, contra viento y marea, derrotando la voluntad política del poder de turno; imponiéndose en el escenario hasta alzarse con cuotas de poder en un tiempo record, es un logro para inscribirlo en su cadena de éxitos.
El presidente Fernández, debe seguir en el escenario político; si la salud y la voluntad de Dios le siguen acompañando, debe seguir aportando su capacidad de trabajo y creatividad al pueblo dominicano; a ese pueblo, al cual ayudó a inscribir en el mapa mundial en su primer gobierno, y al cual le dejó trazada una vía para el desarrollo en solo cuatro años.
Los verdaderos líderes, señalan el camino hasta la muerte y aun después; y como manifestó el presidente Joaquín Balaguer, “Soy un político de pies a cabeza y nunca me retiraré”.
Apostemos por más y nuevos liderazgos, pero dentro de las prerrogativas del buen vivir, fuera del crimen organizado; y dentro de la intelectualidad creativa, y del sacrificio ilimitado y desinteresado en beneficio de La Nación.
jpm-am
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