Una protesta con fuerte impacto en la UNLP

33

“La conquista más grande es que la universidad se haya llenado de hijos de obreros”. Esa consigna, entre tantas, pudo leerse ayer en la sede de la Presidencia de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), donde por la tarde confluyeron miles de estudiantes, docentes, profesionales, trabajadores y jubilados movilizados por la necesidad de defender la educación pública y gratuita y para manifestarse contra el recorte presupuestario que, advirtieron, encara el gobierno de Javier Milei.

Convocada de forma espontánea para las 17, la protesta colmó en cuestión de minutos el patio delantero del Rectorado y llegó a cortar ambas manos de la avenida 7, entre 47 y 48. Se trató de la versión local de la marcha federal que tuvo epicentro en Plaza de Mayo, hasta donde viajaron el propio presidente de la UNLP, Martín López Armengol, representantes de la Federación Universitaria de La Plata (FULP), de los gremios docentes y no docentes y contingentes de las distintas facultades que, por caso, pasado el mediodía coparon los trenes de la Línea Roca en dirección a Capital Federal.

En una jornada en la que la UNLP le dio a sus estudiantes facilidades académicas (con faltas justificadas) para poder participar de la manifestación, alumnos de Derecho, Ciencias Económicas, de Artes y Trabajo Social concentraron en Plaza Rocha para, desde allí, enfilar rumbo a la ciudad de Buenos Aires. Por su parte, Veterinaria, Agronomía, Periodismo y Medicina salieron desde la esquina de 60 y 122. En tanto que Arquitectura, Ingeniería, Exactas, Odontología y los colegios de la UNLP (Liceo Víctor Mercante, el Nacional y la Anexa) partieron desde 1 y 47. Mientras que informática, Humanidades y Psicología lo hicieron desde 51 y 122.

Pero hubo quienes por distintos motivos, y aunque hubiesen querido, no pudieron estar en el acto central en territorio porteño. Y entonces salieron a llenar el Rectorado.

“No pudimos ir a Capital, pero quisimos estar acá”, asegura Blanca, abogada egresada de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNLP, ya jubilada.

Brooklyn Tech Support

”No nos podíamos quedar de brazos cruzados”, suma a su lado Norberto, también jubilado y que recuerda con una sonrisa fresca su paso por la facultad de Psicología. Y cerca de él, Blanca, docente retirada y museóloga, completa: “Había que reaccionar. Es terrible lo que está pasando”.

A unos metros de ellos, una joven con ambo blanco se saca una selfie junto la estatua del primer presidente de la UNLP, Joaquín V. González, que domina la entrada del Rectorado y que ayer fue depositario de una bandera desde la que se leía el lema unificador: “Defendamos la universidad pública”.

La comunidad académica platense también estuvo en el acto central en Plaza de Mayo

“Yo soy primera generación universitaria, de clase media. Mi papá es comerciante y mi mamá ama de casa. Jamás hubiera podido estudiar Medicina de no haber sido por la universidad pública”, cuenta Lucía, 21 años y en tercer año de la carrera que se dicta en 120 y 60.

Después de entonar el Himno Nacional Argentino, un testimonio similar comparte Marta, que durante 32 años se desempeñó como docente y cuenta no sin orgullo que su hija “fue la primera de la familia en llegar a la universidad. Nosotros somos de clase media baja, pero eso no fue impedimento para que hoy sea traductora de inglés y le vaya bárbaro. Por eso quería estar acá, para agradecerle a la educación pública, para defenderla y para decirle a este Gobierno que hay cosas que no se tocan”.

La universidad local justificó las faltas para que los alumnos pudieran sumarse a la marcha

Las palabras de Marta son interrumpidas por un aplauso cerrado, consignas que tienen al Presidente como blanco directo (“Milei, quiero un futuro, carajo”, se escucha) y un cántico unánime matizado con bocinazos en las calles laterales: “Universidad de los trabajadores y al que no le gusta, se jode, se jode”.

Poco más de una hora después, la sede del Rectorado de la UNLP empieza a vaciarse mientras flota en el aire una sensación que va de la angustia a la alegría. Angustia por la realidad denunciada y alegría por saberse parte de un colectivo que se unió para defender en las calles la universidad pública que a lo largo de su historia parió a eminencias como el Dr. René Favoloro, uno de los más nombrados en la marcha.

Leave A Reply

Your email address will not be published.