El cáncer de colon, también conocido como cáncer colorrectal, se inicia a partir de pólipos, que son crecimientos anormales en el revestimiento interno del colon. Si estos pólipos no se tratan adecuadamente, con el tiempo pueden convertirse en células cancerosas. Esta enfermedad es una de las formas más comunes de tumores malignos a nivel mundial, destacando la importancia crucial de detectarla y tratarla a tiempo.
Con más de 1.3 millones de nuevos casos y 690,000 muertes anuales, el cáncer colorrectal se sitúa en la tercera posición en incidencia y en la cuarta en mortalidad entre todos los tipos de cáncer, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En América Latina y el Caribe, esta enfermedad es la tercera más frecuente, con 1.93 millones de casos registrados y una tasa de mortalidad del 9.4% en hombres y del 7% en mujeres.
De manera alarmante, en República Dominicana el cáncer colorrectal se está posicionando como el cuarto tipo de cáncer más diagnosticado, afectando cada vez más a personas jóvenes, según datos del Instituto Nacional del Cáncer Rosa Emilia Sánchez Pérez de Tavares (Incart).
Si bien esta enfermedad representa un importante desafío para la salud pública, existen estrategias integrales para abordarla de manera efectiva. En primer lugar, es fundamental seguir las recomendaciones actualizadas sobre la detección temprana mediante colonoscopias. Para la población promedio, se sugiere realizarlas a partir de los 45 años, mientras que aquellas personas con antecedentes familiares de esta enfermedad deben comenzar los chequeos 10 años antes de la edad en que fue diagnosticado su familiar.
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La detección en etapas iniciales es clave, ya que aumenta drásticamente las tasas de supervivencia al permitir un tratamiento oportuno antes que el cáncer avance a estadios más avanzados. En este sentido, el pasado 31 de marzo se conmemoró el Día Mundial Contra el Cáncer de Colon, resaltando la importancia de conocer los factores de riesgo y promover una mayor concientización sobre la necesidad de los chequeos regulares.
Además de la detección temprana, la prevención es fundamental adoptando hábitos saludables como una dieta balanceada rica en fibra, baja en grasas saturadas y la práctica regular de ejercicio físico para reducir los riesgos.
Para abordar esta problemática de manera efectiva, e necesita un abordaje multidimensional que incluya educación continua, acceso a servicios de detección y tratamiento, e investigación para comprender mejor las causas y factores de riesgo del cáncer colorrectal. Solo con esfuerzos conjuntos en estas áreas podremos mejorar los resultados para los pacientes afectados.
Por: Dr. Luis Cruz
