Barcelona tuvo su movida (hasta que llegó Pujol)

14

Año 1982. La fotógrafa sueca afincada en Barcelona María Espeus presenta en el Instituto de Estudios Norteaméricanos ‘Hola! Barcelona’, 165 retratos de algunas de las personas de una ciudad que se pone cada vez más guapa. Nuestro país viene del 23F y votará a Felipe González. Además de su calidad fotográfica, etopeyas en blanco y negro, la exposición compone el testimonio gráfico de la modernidad barcelonesa en los tiempos de la movida madrileña. Josep Rigol, organizador de la Primavera Fotográfica de Barcelona de aquel año, incluye las fotografías de Espeus en el programa expositivo.

Año 2024. Rigol acude al Dry Martini para revisitar aquellos retratos que Javier de las Muelas recupera cuarenta y dos años después. El objetivo: «Rendir tributo al trabajo de María Espeus, pero también a aquellos personajes que conformaron una generación única». La selección, explica la fotógrafa, «estuvo totalmente guiada por la subjetividad, el aprecio o la fuente de inspiración que cada figura ejercía en mi ‘yo’ de la época». Esos retratos de personas que miran directamente a la cámara observa Mariscal, «me parecen como muy maduros, sin embargo, todos éramos bastante jóvenes». Espeus no quiso hacer los Cuarenta Principales’ sino «un amplio muestrario de una generación que aspiraba a cambiar muchas cosas, aunque en bastantes se quedó a medio camino», explica Màrius Carol. Ramón de España nunca olvidaría aquel ‘Hola! Barcelona’ del 82: «Uno a uno, posamos para María y nos hicimos la ilusión de que, a nuestra manera, podíamos ser relevantes a la hora de convertir a nuestra ciudad en la Nueva York del Mediterráneo. ¡Santa inocencia!»

En las paredes del Dry Martini 165 miradas desde una ciudad (todavía) libertaria y cosmopolita. Los supervivientes de aquella generación cotejan el antes y el después de sus vidas: la propia Espeus, Javier de las Muelas, Mariscal, Sergio Vila-Sanjuán, Loquillo, Ramón de España, Juan Bufill, Peret, Juanjo Puigcorbé, Llàtzer Moix, Rosa Vergés, Oriol Treserra, Pep Rigol, Ramón Parellada, Kim, Peret, Sisa, Montesol, Carlos Mir o Federico Jiménez Losantos. De los protagonistas de la exposición, cuarenta y cinco solo pueden perdurar en el icono y el recuerdo. Como Ocaña, el productor Pepón Coromina, el cineasta Bigas Luna, el actor Ángel Jové, el editor Jaume Vallcorba, la fotógrafa Ouka Leele y su pareja El Hortelano, Pau Maragall (el contracultural Pau Malvido), Pau Riba, el modisto Toni Miró, Gato Pérez, Isabel Núñez, Miguel Ángel Gallardo, Àngel Casas, La Voss del Trópico, Jordi Vendrell, Alberto Cardín, Víctor Jou, Josep M. Martí Font…

El empuje y la diversión, la juventud con grandes expectativas, afloran en buena parte de los retratos, observa Llàtzer Moix: «Algunos de los retratados posaron hace como si su imagen estuviera destinada al ‘book’ de una agencia de modelos». Aquella Barcelona era una fiesta… «¡hasta que llegó Jordi Pujol!», denuncia el promotor musical Gay Mercader. Ramón de España lo corrobora: «La mayoría de nuestros conciudadanos quería otra Barcelona, que no tardó mucho en convertirse en el cuartel general del pujolismo y, posteriormente, en esa mezcla de Lloret de Mar y Manhattan que es en la actualidad gracias a su condición (impuesta) de capital de una nación milenaria (aunque sin estado).»

Javier de las Muelas hace inventario de aquel creativo mestizaje de personalidades: «Pintores, escritores, músicos, diseñadores (de todo), dibujantes (de cómics), baristas, fotógrafos, truhanes, tenderos, jugadores de naipes, guionistas, directores de cine, vendedores de humo… recreaban actuaciones en bares y restaurantes (Zeleste, Rodri, Xampanyet, Miramelindo. El Born, La Lola, Berimbau, Gimlet…), platós donde se rodaban escenas de nuestras vidas». Y Sergio Vila-Sanjuán le pone pie a las fotos de Espeus: «Un instante de nuestra juventud que, sin llegar a ser del todo dorado, tuvo su cierta magia».

Leave A Reply

Your email address will not be published.