EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- En su condición de miembro fundador del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Luis de León, le exigió este sábado a la dirección de esa institución política que se pronuncie y fije una posición «patriótica» en relación con las pretensiones por parte de la ONU de establecer en el país campamentos de refugiados haitianos.
En ese sentido, dijo que el PLD tiene que asumir una postura «democrática y dominicanista» en defensa de la soberanía nacional, «ahora que está seriamente amenazada por la comunidad internacional, ya que Estados Unidos, Canadá y Francia, principalmente, quieren darle al país un «palo acechao aprovechando esta campaña electoral, con el objetivo de enemistar a dominicanos y haitianos, ocupar la isla y barrer la identidad nacional».
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«Por eso creemos necesario que, en este momento tan dramático, todas las fuerzas políticas y sociales dominicanas comprendan que la comunidad internacional se está aprovechando de la coyuntura política para poner en marcha su viejo plan de agitar a ambos países, para hacer que la República Dominicana sea la que aporte la supuesta solución de Haití y su grave crisis», continuó en documento de prensa.
De León, líder de la Fuerza Boschista y exaspirante presidencial por el PLD, alegó que las Naciones Unidas se están aprovechando de la campaña electoral para «pescar en río revuelto», queriendo instalar centros de inmigrantes haitianos para crear una «situación incómoda dentro del mismo territorio dominicano, lo cual es totalmente inaceptable, porque podría borrar nuestra identidad y cultura».
En tal sentido, propuso que la comunidad internacional se haga cargo de los problemas de Haití y no le achaque al pueblo dominicano la supuesta solución a esa problemática. Además, reafirmó que la comunidad internacional tiene la intención de crear una confrontación entre ambos pueblos, «para condenarnos a nivel mundial y ellos intervenir y ocupar toda la isla».
Por último, el pedagago y dirigente nacionalista reiteró su llamado a que la gente salga a las calles a protestar en contra de los «planes antipatrióticos y antidominicanos» de las Naciones Unidas, entendiendo que «nuestro pueblo está seriamente amenazado por la injerencia extranjera que quiere sepultar la soberanía nacional para adueñarse de ambas naciones».
