“Quise llorar y me sentí sin palabras para describir todo lo que pasó”.
Así describió el lanzador venezolano Ángel Padrón sus emociones al completar anoche un partido sin hit ni carrera en la Serie del Caribe ante los nicaragüenses Gigantes de Rivas.
Padrón entró a la historia de la justa de béisbol caribeño luego de hacer una hazaña que no se lograba desde 1952, cuando Thomas Fine lo hizo con Leones de la Habana.
“Cuando vi el último out me lo creí y dije soy historia”, relató el zurdo tras el triunfo de Tiburones de La Guaira 9-0 sobre los Gigantes de Nicaragua.
Para entrar al libro de los recuerdos en Serie del Caribe, Padrón necesitó 88 lanzamientos, de los cuales 57 fueron en la zona de strike.
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Un boleto en el octavo episodio evitó que el venezolano celebrara un partido perfecto, sin embargo él no cambia lo sucedido: “Me quedo con este no-hitter, me quedo con lo que pasó”.
Apuntó que luego del boleto se enfocó en cambiar la página y llegó una doble matanza.
Narró que en el cuarto episodio se percató de lo que estaba ocurriendo, pero que no se puso ninguna presión para continuar enfocado en el partido.
“Mantuve la calma y me dije que no iba a pensar mucho en eso para que no me agarraran las emociones y así lo hice, me enfoqué en ir picheo a picheo, bateador por bateador e inning por inning y gracias a Dios se logró el cometido”, expresó.
Padrón señaló que lo más difícil para él fue levantarse y recibir la noticia de que sería el lanzador abridor de ese día.
“Me desperté mentalizado en que saldría a relevar, pero no fue así”, dijo.
Precisó que lo más importante en esta Serie del Caribe ha sido la química que ha mantenido como equipo y que no han perdido el norte desde su salida de Venezuela.