El Real Madrid vivió una de esas jornadas para el olvido. De las que parece que es mejor quedarse en la cama. Recibió un palizón en toda regla de Dreamland Gran Canaria (100-77) que robó el alma blanca. Las bajas -existen- penalizaron al líder de la Liga Endesa, aunque no puede ser justificación tras uno de sus peores partidos en los últimos 20 años de la ACB. El ‘Granca’ llegó a manda de 30 en los tramos finales y jamás se vio tocado por los amagos de reacción de Rudy Fernández o Dzanan Musa, los mejores en el drama del equipo de la capital.
Los siete puntos finales impidieron la peor derrota blanca en 20 años en Liga Endesa. Seguirá siendo el +25 del Estudiantes en la 2004. Aunque es sintomática de lo mal que sientan las ausencias y cómo un equipo peligroso puede ser un tormento. Gran Canaria y su dictadura del triple (15 en el partido) más la consistencia de Bassas (13 puntos y 4 asistencias) y Slaughter (16) completaron la machada. Solo Musa, con 17, y Rudy, 10 muy seguidos, dieron los pocos buenos momentos del líder de ACB y Euroliga.
El Real Madrid hizo su peor partido del curso. No existe otra descripción de lo vivido en el Gran Canaria Arena, porque jamás estuvieron a la altura de la tomenta perfecta del equipo de Jaka Lakovic. Desbordados por acierto, intensidad debajo del tablero -la baja de Edy Tavares- e incapaces de cambiar el plan. Las bajas de Hezonja y Yabusele, sumadas a las conocidas de Tavares y Llull no pueden ser la única justificación.
Un bofetón amarillo
Se vio de inicio a fin. Que en un primer cuarto el equipo blanco solo anote nueve puntos no es una casualidad. Se entendió por el bajo acierto (3/12 n TC y 1/8 en T3), las cuatro pérdidas y un Gran Canaria que no le dejó meterse jamás. Sí que entre Musa y Causeur cerraron el primer parcial (7-4, 3′), pero hasta ahí. Después la tormenta amarilla hizo aparición con los triples de Slaughter, Bassas y un Happ que campaba a sus anchas bajo tablero. Y en ataque, colapso. Solo cinco puntos en siete minutos (25-9, 10′) tras abusar del bote y no utilizar su bloqueo y continuación que tanto suele dar.
Trató de reaccionar el equipo blanco tras su peor primer cuarto del curso. Con Chacho y Rudy en cancha encontraron más claridad, pero Gran Canaria no viró su discurso. El del bofetón en forma de triples. Los de Albicy y Shurna, y otro más del gigante de Ilinois cuando el Madrid dibujó un 0-7 entre el base canario, Campazzo y Poirier.
El drama blanco era notable. Y fue a más tras otro show de Slaughter para la máxima (55-30, 18′) y una media distancia de Shurna, aunque no fue a mucho más tras otra reacción de Campazzo y Deck (55-36, 20′). La situación más complicada de la temporada de los de Chus Mateo, no cabía duda, arrasados por los nueve triples locales en el intermedio.
Hay un gran problema cuando salen partidos así. O el rival reduce el acierto o es imposible. Pero el Granca no salió a la reanudación con eso en la cabeza. Mejoró el Madrid, pues Musa sacó su valor para generar hasta ocho puntos. El problema era que se convirtió en un intercambio de golpes, y el púgil local tenía soluciones. Con triples, sí. El de Slaughter y Bassas. Y la fuerza de Shurna y Lammers para abrir boquetes en una pintura blanca desnuda (75-50, 26′). La máxima de 25 volvía a golpear.
El Madrid se presenta… pero poco
Paró el partido Chus Mateo, lógicamente. Y con el Madrid muerto, una reacción nació. Va en su ADN, hasta en las peores matinales. La dirigió los que más saben de esto, Chacho Rodríguez y Rudy Fernández. Tres triples seguidos y tiros libres para entrar (75-60, 29′) de alguna forma al partido. Gran Canaria no había caído, solo que sus tiros dejaron de entrar salvo un milagro de Bassas para cortar el amago blanco de entrar al último parcial al borde de los 10 (78-60, 30′).
Era el momento de decidir, pero toda la fuerza de reacción blanca solo se contagió en Dzanan Musa, que empezó una guerra por su cuenta. Anotó, buscó soluciones, pero en el otro lado la tormenta era total. Un 5-0 de salida, entre Bassas y Lammers, abrió de nuevo el margen. Y de la nueva ola ya no se bajó el valeroso local (83-60, 32′).
Shurna y Pelos dieron desde fuera, y los blancos volvieron a fallar. Un 1/7 de salida al último cuarto desde el 6,75 fue la tumba de un partido negro para los blancos, que solo veían como Gran Canaria volvía a rozar la máxima del partido (94-70, 38′).
Que llegó a ser de 30 tras otro de Pelos. Hubiese sido la peor derrota del conjunto blanco en ACB en 20 años, aunque finalmente limpiaron algo el marcador con cinco consecutivos (100-77) para no empeorar, por ejemplo, la del pasado curso en Lugo por 24 de diferencia. Un marcador durísimo, con el Gran Canaria robando el alma de un Real Madrid que entregó su tercer partido tras caer ante Unicaja y UCAM Murcia.