Elliott Erwitt, uno de los grandes fotógrafos del siglo XX, ha muerto a los 95 años en su casa de Manhattan, dejando inmortalizada su visión cómica en sus conocidas instantáneas. Ha sido su hija Sasha Erwitt quien ha confirmado el fallecimiento.
Nacido en París en 1928 y de padres rusos, Erwitt pasó su infancia en Milán y en 1939 emigró a los Estados Unidos con su familia. Como él mismo explicaba en su página web, cuando era adolescente y vivía en Hollywood, desarrolló su interés por la fotografía.
Durante más de 60 años, Erwitt usó su cámara para contar chistes visuales que sacaba de situaciones de lo más cotididianas: los perros han sido protagonistas de muchas de sus fotografías, pero también ha plasmado a personajes tan conocidos como Marilyn Monroe, el Che Guevara o Arnold Schwarzenegger.
Su seña de identidad son las fotografías en blanco y negro, porque en lo que a temática se refiere, aceptó todo tipo de encargos, desde moda hasta política, según explica ‘The New York Times’.
Erwitt se unió en 1953 a Magnum Photos y trabajó también de forma independiente para Collier’s, Look, LIFE, Holiday y otras agencias, en la que se considera la época dorada de las revistas ilustradas. A finales de los 60, este fotógrafo fue presidente de Magnum durante tres años, pasando después a dedicarse al cine: produjo varios documentales y dieciocho películas de comedia para HBO.
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