¡Qué efímero debate! — El Nacional

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La campaña electoral en desarrollo ilegalmente desde temprano de este año ha estado vacía de contenidos, pues los precandidatos actuando como candidatos no han estado ofreciendo nada a la población, porque no tienen que ofrecer, o saben que no se les cree. Los releccionistas podrían postular que van a continuar lo que viene haciendo su gobierno, dándose a sí mismos y a la población los contenidos en ejecución y por ejecutar.

Pero la oposición debiera estar pregonando lo que va a hacer en caso que resulten triunfantes. Aquellos que ya han gobernado debieran anunciar lo nuevo que traerán, usando estrategias para reconquistar el crédito perdido en los temas que perjudicaron a la sociedad. Si tuvieron fracaso en el tema de la corrupción y la impunidad, deben anunciar cómo revertirlo.

Es importante que metieran en el debate aquellos dos grandes líderes, modelos de buena conducta, paradigmas de valores humanos y de pensamientos revolucionarios dignos de imitar. Con su mención, tal vez los postulantes reflexionen e inicien cambio de comportamiento político, personal y de gestión pública, aun cuando hayan masacrado de muerte los nombres, las imágenes, los recuerdos y los emblemas de sendos líderes. Hay que repetir hasta el cansancio la necesidad imperiosa de que los políticos posean y promuevan valores, y que los votantes lo exijamos antes, durante y después de los procesos de votación. Por ser revolucionarios Peña y Bosch, la clase dominante no lo dejó gobernar.

Esa claque derrocó a Juan Bosch acabado de asumir el gobierno constitucional y privó el ascenso de Peña Gómez al poder, en contubernio de Joaquín Balaguer y Leonel Fernández, conscientemente le cerraron el camino.
Es indignante que un partido productivo como el PRD este en la cola de los demás, después de ser el más grande y fuerte de la Rep. Dominicana. Mientras el PLD, que nació coronado con la imagen de su fundador y líder, y tuvo grandes triunfos partidarios, la ambición y la corruptela lo tenga también en la cola sin dignidad y sin vergüenza, con miles de seguidores de la misma conducta reprochable de su victimario más visible, Danilo Medina.

Del PLD de Bosch nació la Fuerza del Pueblo pregonado como inmaculado, sin estar libre de los pecados de su gobierno y de su partido, el de la Liberación Dominicana. El PLD y su hijo, la Fuerza del Pueblo necesitan un baño de valores para recuperar la confianza perdida que imprimió su líder fundador, y la perdió con sus discípulos más aventajados.

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Por: Lic. Santiago Martinez

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