Diez años después del “hagan lío”

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AFP

Poco después de convertirse en el primer papa latinoamericano, Francisco se encontró con la juventud católica en Rio de Janeiro. Diez años más tarde, aquellas generaciones a las que pidió hacer “lío” le reiteraron su cariño en Lisboa, aunque a la Iglesia todavía le queda camino por recorrer.

La inesperada elección en 2013 de este jesuita argentino supuso un paso histórico en la tradición del Vaticano, que giraba su mirada así hacia uno de los territorios con más católicos del mundo. “Dio una esperanza. Muchas veces nosotros, que somos del continente sudamericano, acabamos teniendo una sensación medio de desprecio, y con su elección percibimos que no es exactamente así“, confía Lisandra Mendes, una arquitecta brasileña de 26 años, que participó en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Lisboa.

Pese a su frágil salud, que le obliga a desplazarse en silla de ruedas o apoyado en un bastón, Francisco -de 86 años- fue el centro de esta enorme congregación de fieles. En sus trayectos en “papamóvil”, donde no dejó de sonreír y lanzar bendiciones, fue aclamado como una estrella a la que los peregrinos lanzan peticiones y cantan: “¡Esta es la juventud del Papa!”.

Gestos argentinos

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“Cambió un poco la estructura antigua por algo actual y cotidiano”, opina Diego Castillo, un argentino de 32 años, con una gran bandera albiceleste.

“En los pequeños gestos como romper un protocolo para saludar a una persona, para dar un beso, para recibir un mate, que es algo tan natural y típico de Argentina“, explica orgulloso este trabajador social, que no pierde la esperanza de ver a Francisco en su país.

Pese a la demostración de fuerza de la Iglesia en estas Jornadas -que llegaron a reunir a 1,5 millones de peregrinos-, muchos opinan que la institución aún va por detrás de la continua evolución en la que viven estas generaciones. “Todavía falta en la Iglesia romper un poco más de etiquetas (…), darnos cuenta que ya no es el mismo tiempo de antes”, indica Nelson Saca, un peregrino ecuatoriano de 26 años.

Este diseñador gráfico explica que en el grupo de jóvenes que tienen en su parroquia incluyen a homosexuales, mujeres que han abortado y otros colectivos que sectores más conservadores de la Iglesia rechazan.

Excesos

En sus discursos en Lisboa, Francisco ha hecho referencia a temas que afectan a los jóvenes, como los excesos de las redes sociales o el cambio climático, y ha hecho diversos llamados para una Iglesia inclusiva, aunque sin dar más concreciones. “En la Iglesia hay espacio para todos (…) ¡Todos, todos, todos!”, lanzó entre aplausos durante la ceremonia de bienvenida.

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