Después de meses de no hablarse, Cristina Kirchner y Axel Kicillof mantendrán un nuevo contacto, que sería el segundo en menos de una semana. Y a diferencia del que tuvieron días atrás, que fue telefónico, éste será presencial, frente a frente, con sede aún sin confirmar.
Si bien en un momento trascendió que estaban reunidos, incluso algunos medios informaron que la reunión había comenzado en momentos en que el gobernador se encontraba encabezando el acto de presentación de cómo quedó Plaza Italia tras las obras de remodelación, desde Gobernación confiaron a este diario que dicha reunión no ocurrió y que “todavía no hay precisión de cuándo será”.
Sí está confirmado que la presidenta del Partido Justicialista convocó al gobernador bonaerense después de haber anunciado que será candidata a diputada por la Tercera Sección electoral y de cara a las elecciones legislativas del 7 de septiembre, según publica Infobae.
La reunión será el punto de partida para intentar limar las diferencias que llevaron al distanciamiento entre la ex mandataria y quien fuera su ministro de Economía durante su segundo mandato. Un alejamiento que se hizo notorio cuando se eligieron las autoridades nacionales del PJ, momento en que Kicillof no hizo explícito su apoyo a Cristina. En especial a partir de esa circunstancia, dirigentes encolumnados en uno y otro sector comenzaron a cruzarse declaraciones fuertes, en especial a través de redes sociales.
Sin embargo, el acuerdo anunciado entre La Libertad Avanza (LLA) y el PRO para darle batalla al peronismo en las elecciones provinciales apuró el acercamiento entre Cristina y Kicillof buscando dejar atrás las diferencias y trabajar juntos en la estrategia electoral rumbo a los comicios de septiembre y también los nacionales de octubre.
Si bien difícilmente la relación vuelva a ser lo que era antes, algo que queda plasmado todos los días con alguna declaración picante que siempre encuentra una respuesta, este movimiento de piezas da muestra de la preocupación que existe en el peronismo respecto de un triunfo de la alianza LLA-PRO que sin dudas le complicaría el último tramo de la gestión a Kicillof y pondría al espacio en una situación aún más difícil de cara al 2027.