Yayo Almonte: “Es un honor vivir esta distinción”

Cuando se habla de jugadores determinantes en el baloncesto del patio, Ramón Eladio -Yayo- Almonte es un nombre que no se puede quedar por la valía que tuvo, sobre todo en los momentos más apremiantes del juego.

Considerado como uno de los mejores anotadores dominicanos en el ‘clutch’, Yayo Almonte escribió decenas de historias en su carrera como jugador, las cuales hoy le han valido para ostentar un puesto en la eternidad del deporte cibaeño.

Las anécdotas señalan que Yayo era aquel jugador que se encargaba de definir los encuentros en los minutos finales, ya sea cobrando tiradas libres o convirtiendo un canasto de campo cuando el partido estaba apretado en la llamada “chiquita”.

El pasado domingo 27 de abril, Yayo Almonte fue uno de los nueve deportistas de la Ciudad Corazón inducidos al Salón de la Fama del Deporte de Santiago y para el ex armador ese momento fue único porque fue la coronación a una carrera de grandes logros en el baloncesto nacional.

“Para mí es un orgullo y honor vivir esta distinción. Eso fue el resultado de una gran carrera que tuve”, expresó.

Yayo Almonte reconoce que su inducción es una recompensa a tantos canastos anotados para dar triunfos importantes a los equipos en los que accionó como jugador profesional.

“Todo el esfuerzo y dedicación no fue vano”, manifiesta el otrora armador cibaeño.
Con todo lo alcanzado y los disfrutes que tuvo gracias al baloncesto, Yayo asegura que se siente ser un atleta totalmente realizado, aunque espera en el futuro poder ser un inmortal del Deporte Dominicano.

“Sin dudas que cada campeonato ganado fue especial para mí, así como ser reconocido en un momento como baloncestista del año”, manifestó.

Una de las cosas que más le encantan a Yayo es haberse ganado el cariño y respeto de los amantes del baloncesto.

“Doy gracias a Dios por todas las personas que confiaron en mí, y a las que no también porque me motivaron a trabajar más fuerte”, añadió Yayo, quien hoy está radicado en Italia.

Un Apunte

Dedicatoria
Como buen hombre cibaeño y agradecido, Yayo Almonte dedicó su exaltación a su familia, amigos y exdirigentes, así como a toda su gente de su barrio natal en Santiago, Baracoa, por el respaldo brindado en un deporte que convirtió en parte de su vida.

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