Perfiles de un nuevo papá

El autor es abogado. Reside en Santo Domingo.

POR CARLOS SALCEDO

Elegir un nuevo papá es un proceso complejo, pues está influenciado por una variedad de factores, religiosos, dogmáticos, políticos y sociales.

En lo religioso habrá que tener en cuenta la fidelidad doctrinal, ya que se busca un cardenal que sea fiel al magisterio de la Iglesia ya los principios fundamentales del catolicismo; espiritualidad y testimonio de vida, ya que se valora la santidad personal, la vida de oración y la dedicación pastoral y capacidad pastoral, pues se busca un líder capaz de guiar espiritualmente a más de mil millones de católicos en todo el mundo; y que conozcas la evolución de la Iglesia Católica, la que ha experimentado cambios significativos en los últimos años, como la creciente secularización en algunos países, la diversidad de interpretaciones de la doctrina y la creciente participación de laicos en la vida de la iglesia.

En cuanto a lo dogmático será necesario ver su postura teológica. Y es que se considera la posición del candidato respecto a temas claves como la moral sexual, bioética, política, sacramentos, ecumenismo y diálogo interreligioso, donde hay una diversidad de opiniones de los cardenales electores; conservadurismo vs. progresismo, esto así porque algunos cardenales prefieren un papa que mantenga una postura conservadora, mientras que otros buscan a alguien más abierto a reformas, dentro de los límites de la doctrina para representar la diversidad de la iglesia y que posiblemente pueda dar continuidad a las posturas del papa Francisco en varios aspectos.

Nuevo líder Iglesia Católica

En lo político, dentro y fuera de la iglesia habrá de tenerse en cuenta el equilibrio geográfico, debido a que se puede considerar la procedencia del candidato para reflejar la diversidad de la Iglesia y la representación territorial, como lo serían los continentes africano, asiático, europeo y americano; poder dentro del Colegio Cardenalicio, esto es, las influencias, alianzas y bloques entre cardenales, como lo son los “curiales” vs. “pastorales”; las relaciones diplomáticas, para lo cual se toma en cuenta la capacidad del candidato para manejar las relaciones internacionales, es decir con gobiernos, organizaciones internacionales y otras religiones.

En el aspecto social. Hay que tener en cuenta la capacidad de comunicación, pues en la era de los medios globales, es importante que el papa sepa comunicar eficazmente con los fieles y el mundo; sensibilidad a los problemas contemporáneos como los desafíos medioambientales, la pobreza, la discriminación, la migración, los abusos sexuales dentro de la Iglesia, la polarización política y social y la representación de los fieles que también puede influir en el deseo de elegir un papá que refleja las preocupaciones y realidades de las comunidades más numerosas o marginadas.

Es relevante la pastoral social, dado que el papa tiene un papel fundamental en la promoción de la justicia social y la defensa de los derechos humanos, lo que puede ser decisivo en la elección de un líder que pueda abordar estos desafíos de manera efectiva.

Pero también tiene que ver la elección del nuevo papa con un complejo contexto político tanto a nivel internacional como dentro de la Iglesia Católica. Los conflictos globales, la crisis del multilateralismo, las tensiones sociales, la desigualdad y la propia evolución de la Iglesia en el siglo XXI son factores claves.

Los conflictos globales cruentos como la guerra en Europa del Este, los conflictos en Oriente Medio y las tensiones en Asia-Pacífico crean un ambiente de inestabilidad que puede influir en las decisiones de los cardenales. De igual forma la crisis del multilateralismo, ya que la fractura del multilateralismo y el creciente proteccionismo de los estados fortalecen el papel de la Iglesia Católica como actor global, lo que puede afectar la elección de un papa que pueda mediar en conflictos y defender los intereses de la comunidad internacional.

Ahora bien, veamos dos ejemplos claros de cómo influyeron estos factores en las elecciones de Benedicto XVI, en 2005 y Francisco en 2013.

Elección de Benedicto XVI en 2005.

Su nombre anterior era el cardenal Joseph Ratzinger. De nacionalidad alemana. Los factores determinantes en su elección fueron, en lo religioso y lo dogmático, que Ratzinger fue prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (el “guardían de la ortodoxia”) durante décadas. Su elección fue vista como una continuidad del pensamiento teológico de Juan Pablo II. Tenía una postura conservadora y firme frente a los desafíos modernos a la doctrina católica como los del relativismo moral y la secularización.

En lo político y eclesial tenía un peso enorme dentro de la Curia Vaticana y era muy respetado por muchos cardenales. Era una figura central del grupo dominante en el Colegio Cardenalicio, lo que facilitó su rápida elección. De hecho, fue elegido en apenas dos días.

En lo social no fue elegido por su carisma mediático, sino por su claridad intelectual y su autoridad doctrinal. Representaba un perfil más “intelectual” en un mundo que enfrentaba crisis ideológicas.

La elección de Francisco, en 2013.

Su nombre anterior fue el cardenal Jorge Mario Bergoglio. De nacionalidad argentina. Los factores determinantes fueron: En lo religioso y dogmático , que, aunque ortodoxo en doctrina, Francisco era visto como más pastoral y reformista, con una fuerte inclinación hacia la misericordia y el servicio a los pobres. Tenía una visión más flexible y pragmática sobre cuestiones complejas como el papel de la mujer, la moral sexual y la estructura eclesial.

En lo político eclesial, su elección fue también una respuesta a las críticas hacia la Curia Romana, con la intención de reformarla y fue una figura de consenso entre cardenales de diversas regiones, especialmente los que deseaban descentralizar el poder del Vaticano.

En cuanto a lo social se trata del primer papa de América Latina, una región con el mayor número de católicos del mundo. En un momento de crisis por los escándalos de abusos sexuales, se buscaba una figura más humilde, cercana y creíble. Su opción preferencial por los pobres, su estilo sencillo y su comunicación directa respondieron a una demanda global de una Iglesia más auténtica y comprometida socialmente.

Ambas elecciones reflejan cómo el perfil del papá puede cambiar radicalmente dependiendo del contexto y las prioridades del momento.

Pero, ¿Cuál es el perfil y tendencias para el nuevo papá? los resultados ya lo dirán.

JPM

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