Jorge Díaz, autor de ‘El espía’: “Con Carmen Mola aprendí que al lector hay que agarrarlo por la pechera en la página 1 y no soltarlo”

Jorge Díaz (Alicante, 1962) es el segundo integrante de la santísima trinidad de Carmen Mola que publica en solitario este año (primero lo hizo Agustín Martínez y en septiembre lo hará Antonio Mercero). Díaz, exguionista de series de éxito, ha regresado al sitio con el que se dio a conocer como novelista antes del boom Mola: un género histórico que roza el thriller. En El espía (Planeta) se inventa un final para un personaje que existió de verdad en la primera mitad del siglo XX, el barón Von Rolland, una especie de traidor, manipulador, canalla, seductor y millonario que nadó en muchas aguas sin mojarse la ropa. Judío, informante de nazis, vividor, elegante, calculador… Este personaje central focaliza los muchos contrastes que laten en esta novela, la quinta que Díaz firma solo tras Los números del elefante, La justicia de los errantes, Tengo en mí todos los sueños del mundoCartas a palacio. No puede decirse que el libro, una galopante historia que siembra de suspense sus páginas, carezca de sangre. El propio autor admite que a estas alturas es difícil deshacerse de la marca Mola, aunque lo celebra. Probablemente por ello, porque aúna muchos elementos relacionados con las vísceras sin perder de vista la más escrupulosa documentación, esta novela es de lectura acelerada y a ratos desbocada, también violenta. Nacida de la curiosidad que despertó al autor en el instituto La verdad del caso Savolta, de Eduardo Mendoza, El espía proyecta la madurez de la prosa de Díaz. Recrea, además, un escenario inédito en la literatura, Mojácar, en la costa almeriense, cuando esta población vivía de forma rudimentaria y de espaldas al turismo y al resto del mundo. 

Ha regresado al género con el que debutó como escritor, el histórico. ¿Se maneja mejor en él o en la novela negra?He juntado la novela histórica que he hecho tradicionalmente con un thriller. La segunda parte de libro, que es la vida del barón, me la invento y pasa a ser un thriller. Y, en realidad, me he tenido que inventar poco porque lo mato en la primera página… La novela trata de la búsqueda, de los motivos para matar al barón, no del asesino, porque también digo quién es enseguida. La muerte del barón y toda la investigación le deben mucho a Carmen Mola. La parte histórica es más lo que yo he escrito siempre de manera tradicional. Ese primer tercio del siglo XX que a mí me encanta.

A mí, los malos me apasionan en las novelas, pero no me gustan nada en la vida real

El barón Von Rolland, su protagonista, es un impostor, un romántico, un superdotado, un caballero, un cruel asesino… ¿Habría hecho migas Jorge Díaz con él si se hubieran conocido en este tiempo?Probablemente no, porque a mí los malos me apasionan en las novelas, pero no me gustan nada en la vida real. Cuando cojo un malo de estos le doy tantas características que lo hacen simpático, que puede llegar a parecer una buena persona. Después tengo que mostrar claramente lo malo que es y que se merece todo lo que le pasa. Pero es verdad que a mí los malos me caen bastante simpáticos. No hay que olvidar a Vilches (el médico mal encarado de Hospital Central, serie de la que Díaz fue guionista). Me pasa igual con otro personaje de la novela, Bravo Portillo. Es un canalla, pero, sin embargo, yo siempre les encuentro la parte divertida. Von Rolland es seductor, políglota, el alma de la fiesta, va a pedir siempre mejor champán, pero no tiene ningún escrúpulo. Yo no lo demuestro hasta las últimas veinte páginas de la novela. Me encontré con un personaje al que había descubierto hacía muchísimo tiempo, que quería usar en una novela, pero no sabía cómo. Uno de los problemas que tenía es que era un personaje sin final.  Y se encuentra con que ha traicionado a los judíos, se acaba de crear el estado de Israel, no puede ir allí, ha traicionado a los alemanes y él pide que le manden a España, porque había estado allí antes durante la Guerra Civil y tenía muchos contactos. Pide la nacionalidad española, pero el mismo día que se la entregan, que le dan el pasaporte, el barón desaparece. Nunca se ha sabido qué fue de él. Yo intenté investigar la parte real, incluso encontré un librito porque hablaba de un judío que había trabajado para los nazis y creí que era él, pero al leerlo descubrí que no tenía absolutamente nada que ver.

Díaz, en la Redacción de ’20minutos’.
JOSÉ GONZÁLEZ

Y lleva a su personaje a Almería, un marco inusual. ¿Por qué este rincón del sur en los años 50?Hay una parte personal, y es que a mí, Almería me parece un paraíso. Si tuviera que ocultarme, igual que hace el barón, sin duda escogería Almería, como él. La parte que la justifica es que los alemanes en la I Guerra Mundial montaron una base para avituallar a los submarinos que estaban en el Mediterráneo. No podían pasar por Gibraltar porque estaban los ingleses. La primera que montaron los alemanes estaba en Tortosa (Tarragona), pero los ingleses lo descubrieron e impidieron que funcionara. Los alemanes montaron otra base y la ocultaron tan bien que nunca se ha sabido dónde estaba. Y pensé, ¿si tuviera que montarla, dónde lo haría?  Pues en un lugar recóndito. Y el levante almeriense en los años 50 era lo más recóndito que había. También había un descargadero de mineral en Mojácar, que existió en la I Guerra Mundial y que luego se desmanteló. Pero cuando vi Mojácar pensé que sería ideal para suministrar a los submarinos. Quizás no estuvo allí, pero yo lo ubiqué allí. Esto me vino a la cabeza cuando fuimos a presentar allí el premio Planeta. La concejala de turismo nos iba contando la historia del pueblo y es que hasta los años 60, Mojácar estaba en la edad media. En aquel momento dije tengo que ambientar algo aquí. Tenía ya el personaje, de cuando investigué la época de El caso Savolta, y el escenario. Así que cuando decidimos los Mola que íbamos a publicar durante un año por separado, me dije, ‘ya tengo las dos cosas’. 

He echado de menos a mis compañeros de Carmen Mola. Nos llevamos bien y trabajamos bien juntos

Hablando de Mola. ¿Se ha sentido algo huérfano en la escritura de esta novela? ¿Ya la han leído sus compañeros? 
Les he echado de menos, sí. Hay una cosa del trabajo en equipo que al principio es difícil de coordinar, pero que es maravillosa: que haya tres mentes pensando soluciones. Hay muchas veces que tú estás dándole vueltas a algo y no se te ocurre e inmediatamente uno de tus compañeros lo tiene. Y lo piensas y dices qué idea más brillante. Somos tres, por un lado está eso. Ser tres te evita la pereza de decir ‘como ya se me ha ocurrido no voy a seguir pensando’. Cuando estamos con Carmen Mola siempre hay uno de los tres que dice ‘espera que podemos conseguir algo mejor’. A cambio, hay veces que tú estas muy seguro de una cosa y no consigues convencer a los demás. Cuando estás solo, no tienes que convencer a nadie. Los he echado de menos porque nos llevamos bien y trabajamos bien juntos. Agustín Martínez sí la ha leído y dice que le ha gustado mucho. Antonio Mercero también la iba a leer.

‘El espía’ está editado por Planeta.
CEDIDA/Planeta

Dice que no sabe guardar un secreto, que como espía sería un desastre ya que además, es miedoso. Pero lo de Mola bien que lo guardó.Bueno, tampoco lo guardé tan bien (risas). Lo guardé mejor que Antonio, desde luego. Siempre hacemos la broma. Lo sabían la familia y mejores amigos de Agustín y míos. Y en el caso de Antonio lo sabía su barrio y el barrio de al lado.

Hay pistas de que el estigma de su seudónimo pugna por salir en esta novela: algunos signos sanguinarios, por ejemplo. Es completamente Carmen Mola. Cuando yo escribía antes de ella, habría matado al barón a tiros. Pero con ella he aprendido y nos hemos dado cuenta cuando empezamos que pensábamos, ‘esto la gente igual lo rechaza’ pero hemos descubierto que no. Nos dicen continuamente que nos estamos ablandando. En el momento en que empecé a escribir esta novela dije ‘aquí tengo que poner una muerte violenta’. Aprendes con los años que al lector hay que agarrarlo de la pechera en la página 1 e intentar no soltarlo nunca. Por eso, hay que trabajar la página 1 muy bien.

Me parece tan aterrador un perro que no se me ocurre nada más aterrador que un perro en una escena del libro

Precisamente, en el arranque eleva a la categoría de protagonistas a unos perros, animales con los que usted, que mide 1,90, no suele estar cómodo en la vida normal si los tiene cerca.Sí, pero los pongo de malvados (risas). Aunque los perros no son malvados, son los dueños. En La Bestia (Premio Planeta 2022) también la primera imagen del libro es que está lloviendo, hay barro y un perro lleva la cabeza de una niña en la boca. A mí me parece tan aterrador un perro, que no se me ocurre nada más aterrador que esto.

Su personaje principal es un judío que trabaja para los alemanes a comienzos del siglo XX. ¿Esto es como un gazatí trabajara ahora para los hebreos? ¿Qué opina de lo que sucede ahora en la franja, con la supremacía de Israel?Son cosas distintas. El gazatí, del que hablas, no es israelí. El barón Von Rolland se considera un alemán. Es un espía que se considera mucho más alemán que judío. No participa de los ritos del judaísmo… Yo creo que no es un judío nazi. Es un hombre que llega esa época y tiene que salvar la vida. Tiene un amigo íntimo, el almirante Canaris, que lo protege mandándole a Argentina. No trabaja para los nazis, trabaja para los alemanes. Hay muchos como él. Los capos en los campos de concentración son judíos. Y por supuesto tengo una opinión sobre el conflicto actual pero no la voy a decir. Soy completamente pro un lado.

Una novela sobre una época feliz no tendría ningún interés. Por eso busco el contraste y el conflicto

¿Es la historia más cruel que el presente, a pesar de todo?Siempre que nos vamos al pasado en las novelas, por eso yo busco el contraste y el conflicto. Una novela sobre una época feliz no tendría ningún interés. Busco el contraste. En esta novela tengo: nazis y judíos, Barcelona, que es el sitio más cosmopolita de la época, y Mojácar. La Alemania nazi brutal con el paraíso que es Almería… A mí me gustan las novelas en el primer tercio del siglo XX porque hay un mundo decimonónico e idealista que está terminando,  contra el siglo XX, más pragmático, que está naciendo; pero ni ha terminado de morir uno ni ha terminado de nacer otro. Es decir, allí hay un conflicto. Cuando escribes una novela, siempre vas al conflicto, por tanto, lo que te encuentres en una novela histórica va a ser peor que la actualidad. Si escribiéramos una novela sobre la actualidad, también buscaríamos el conflicto, también parecería muy terrorífico. Es como si haces una serie de hospitales, llega un niño, el médico lo mira, dice que tiene apendicitis, le operan, sale bien… no tengo capítulo. Necesito que el médico mate al niño, el padre intente matar al médico. ¿Eso es lo que pasa en la vida real? Podría pasar, pero no es lo normal. Lo es para hacer una serie. Eso sí, hay que buscar que las cosas parezcan verdad, aunque no sean reales.​ Como novelista, mis libros son veraces. Busco que lo que me invento pudiera suceder.

No habría sido un periodista tan malo como yo mismo sospecho

De los personajes inventados , ¿con cuál simpatiza más y por qué?De los de ficción, con el cabo Bermejo. Yo sabía que quería contar esta investigación. Mi dificultad era cómo unir lo de verdad con lo inventado sin que parecieran dos novelas distintas. Y no lo encontré hasta que vi los interrogatorios a los que sometieron a Von Rolland los ingleses, que eran aburridísimos, pero yo los he cambiado y los uso para explicar los cambios de época. Necesitaba un investigador y me inventé al cabo Bermejo. Tenía dos opciones, un tipo listo o meter un género más en la novela que es la de iniciación. Opté por este. El cabo es un inocente. Descubre la maldad, las diferencias sociales, la inteligencia natural de su ayudante, y sobre todo, conoce el deseo absoluto. Desea a Isabel por encima de todas las cosas. Y tienes que ir midiendo todo. Me apasiona Isabel y no estoy seguro de si he hecho todo lo bien que me habría gustado los tres jóvenes. Seguro que con Carmen Mola alguno habría dicho ‘vamos a darle una vuelta a esto’. De los históricos me lo he pasado bastante bien con Pilar Millán-Astray, hermana del fundador de la Legión y que se hizo muy famosa por La tonta del bote, que protagonizó en el cine Lina Morgan.

El trío Carmen Mola en la presentación de ‘El clan’, en 2024.
JORGE PARÍS

Usted estudió Periodismo, pero nunca ha ejercido. Pasó de la televisión, como guionista, a la literatura. ¿Fue una pérdida de tiempo estudiar aquello?No ha sido una pérdida de tiempo, porque me ayuda a manejar información real. Creo que me ha ayudado. Y me lo paso bien cuando me piden algún reportaje. No habría sido un periodista tan malo como yo mismo sospecho. No me arrepiento de haber estudiado Periodismo. Y es fundamental para el mundo, que haya una voz crítica de alguna manera, que haya un intento de explicar el mundo. Ahora, con internet, parece que no queda lugar para los artículos de profundidad. Supongo que los periódicos se venden menos y hay menos gente. No se puede dedicar  tiempo. Echo mucho de menos eso y aunque cogemos pocos periódicos, te encuentras con que sigue habiendo reportaje que si quienes los hacen tuvieran más tiempo, serían maravilloso.

‘La tía Julia y el escribidor’, de Vargas Llosa, es la novela que más veces he leído en mi vida

Vargas Llosa, a quien le habría gustado parecerse literariamente, murió hace poco. ¿Qué novela suya recomienda y por qué?Hace muchos años, un amigo me llamó porque sabía que yo adoraba a Vargas Llosa. Y estaba en casa y me dije, me voy a llevar un libro y que me lo firme. Los tengo todos, soy un fanático. A mí me gustaban mucho, pero sobre todo La guerra del fin del mundo  y Conversación en la catedral. De esta tenía una edición buena. Y de la otra, una de bolsillo bastante estropeada. Me decidí por la buena para no parecerle un pordiosero. Le dije si no le importa… he traído una novela y entonces me dice, muy bien. Estuvimos hablando un buen rato de La guerra… en la que está basado en libro, de un autor de la época Guimaraes Rosa. Nunca he vuelto a estar con él. Me puso en la dedicatoria, yo que solo había publicado una novela, ‘A mi colega’. Y me sentí importante. Es el gran escritor en castellano. Probablemente, La tía Julia y el escribidor sea la novela que más veces he leído en mi vida.

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