Violencia en la frontera colombo-venezolana: ELN y disidencias de las Farc en disputa por el control territorial


El equilibrio de poder en el mundo criminal de Colombia está en constante cambio, marcado por turbulentos reacomodamientos donde los principales actores criminales compiten por el control de territorios estratégicos.

Por InSight Crime

Una oleada de combates se han desatado en zonas en disputa de todo el país a raíz de una ofensiva lanzada en enero por el Ejército de Liberación Nacional (ELN) contra la disidencia del Frente 33 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en la región del Catatumbo, a lo largo de la frontera con Venezuela.

La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (Office for the Coordination of Humanitarian Affairs, OCHA) registró al menos 29 enfrentamientos entre grupos armados entre el 1 de enero y el 16 de febrero, y el número de personas desplazadas ha aumentado drásticamente en comparación con principios de 2024.

La Defensoría del Pueblo de Colombia ha alertado de 11 nuevos focos de violencia en el país, a medida que el ELN, disidentes de las FARC y las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) renuevan sus luchas por el territorio y las ganancias delictivas.

InSight Crime analiza algunas de estas disputas criminales clave que probablemente seguirán impulsando la violencia en Colombia.

ELN busca dominar la frontera entre Colombia y Venezuela

El ELN parece dispuesto a consolidar su dominio de la frontera entre Colombia y Venezuela, una ruta clave para el tráfico de drogas y un refugio de las fuerzas de seguridad colombianas.

En la región del Catatumbo, un centro de cultivo de coca para la producción de cocaína, el Frente 33 parece estar perdiendo terreno a medida que continúan los ataques del ELN. Mientras tanto, los combates se han extendido al vecino departamento de Arauca, donde el ELN ha reavivado un conflicto con la disidencia del Frente 10.

Las tensiones en esta zona se remontan a varios años atrás. Después de que las FARC firmaran un acuerdo de paz en 2016, los disidentes que rechazaron el acuerdo y el ELN coexistieron en ambos lados de la frontera, hasta que estalló la guerra en Apure, Venezuela, a principios de 2022. El Frente 10 y sus aliados, el Frente 28, fueron expulsados del lado venezolano, y lo que quedaba del grupo se quedó en Arauca.

El ELN ha mantenido una relación simbiótica con el gobierno venezolano durante años, y se le permite operar en ese lado de la frontera sin obstáculos, lo que le da una clara ventaja sobre los disidentes de las FARC. El apoyo del gobierno venezolano ha sido clave para el creciente poder del ELN, y es poco probable que los disidentes puedan ganar esta confrontación contra un rival más grande y mejor armado.

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