San Pedro Sula.
La Fiscalía General de la República de México (FGR) y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) informaron que este jueves que fueron extraditados a Estados Unidos 29 personas que se encontraban privadas de su libertad en diferentes centros penitenciarios del país, entre ellos supuestos narcotraficantes.
El comunicado oficial subrayó que estas personas eran requeridas en Estados Unidos por sus vínculos con organizaciones criminales por tráfico de drogas, entre otros delitos.
Entre ellos, afirmaron medios mexicanos, podrían encontrarse Rafael Caro Quintero, capo del Cártel de Guadalajara, así como dos líderes de Los Zetas, Miguel Ángel y Omar Treviño Morales, aunque las identidades de los extraditados aún no han sido confirmados oficialmente.
Los Zetas, verdugos de hondureños
Los hermanos Treviño Morales ordenaron la masacre de San Fernando, Tamaulipas, norte de México, el 22 y 23 de agosto de 2010, cuando estaban a cargo del cártel de Los Zetas.
Las 72 víctimas, 58 hombres y 14 mujeres, fueron en su mayoría inmigrantes provenientes de Centro y Sudamérica. En el lugar quedaron amontonados los cuerpos de 24 hondureños, 14 salvadoreños, 13 guatemaltecos, 5 ecuatorianos, 3 brasileños y un ciudadano indio. Nueve cuerpos siguen sin identificar.
“Esta es una de las tragedias más dolorosas que Honduras ha enfrentado como consecuencia de los flujos migratorios. Siendo viceministro de Relaciones Exteriores recibimos la noticia, aún vaga e imprecisa, pero confirmada. Recuerdo el horror de las primeras fotos, la incertidumbre, el dolor. Viajé a México. Me reuní con el entonces subsecretario de Relaciones Exteriores de EUA para América Latina, Rubén Beltrán Guerrero. Se mostraba preocupado por la situación. Mi objetivo era llegar hasta San Fernando y mi intención irrenunciable cumplir con la misión de identificar a los hondureños asesinados. San Fernando era prácticamente una zona de guerra. México me prestó una seguridad extrema, me negaban la posibilidad de trasladarme a Tamaulipas. Pese a ello, renuncié a la protección y les dije que iría. Viajé en el avión de la PGR y fui trasladado al lugar del hecho. Aterrizamos y fuimos recibidos por una caravana de vehículos de la Policía Federal”, recordó Alden Rivera, exviceministro de Relaciones Exteriores.
Fin del imperio
Los hermanos Miguel Ángel y Oscar Omar Treviño Morales son exlíderes del Cártel de Los Zetas —al que rebautizaron como Cártel del Noreste— y fueron detenidos en México acusados de cometer asesinatos, secuestros y actos de tortura con violencia extrema.
El Z-40 era conocido por su extrema violencia y por expandir las operaciones del cártel en México y Centroamérica. Durante su liderazgo, Los Zetas diversificaron sus actividades criminales, incluyendo secuestros, extorsiones, tráfico de drogas y lavado de dinero.
El 15 de julio de 2013, Miguel Treviño Morales fue capturado por la Marina mexicana cerca de Nuevo Laredo, sin que se realizara un solo disparo. Su detención marcó un golpe importante para Los Zetas, aunque el cártel siguió operando bajo el mando de su hermano.
Omar Treviño Morales mantuvo la estructura del cártel, enfrentó problemas internos y la pérdida de territorios frente a grupos rivales. Se le describía como más discreto, pero igual de sanguinario. Durante su mando, Los Zetas sufrieron divisiones internas, dando lugar a facciones como el Cártel del Noreste.
El 4 de marzo de 2015, Omar Treviño Morales fue arrestado en San Pedro Garza García, Nuevo León, por fuerzas federales mexicanas. Su captura debilitó aún más a Los Zetas, acelerando su fragmentación en varios grupos más pequeños. Aunque ambos hermanos están tras las rejas, su legado de violencia dejó una marca profunda en el crimen organizado en México.