Hallazgo asombroso: Un tesoro de Alejandro Magno desafía la historia

Desde hace siglos, historiadores y arqueólogos han buscado rastros de los tesoros que Alejandro Magno acumuló durante su conquista del Imperio Persa. Ahora, una investigación de la Universidad Demócrito de Tracia ha revelado un descubrimiento sorprendente en la Tumba II de Vergina, en el norte de Grecia.

El equipo de expertos dirigido por Antonis Bartsiokas ha identificado una prenda excepcional: una antigua túnica violeta, conocida como «quitón», que podría haber pertenecido al propio Alejandro. Este hallazgo se encontraba junto a los restos de su hermano, Filipo III Arrideo, quien fue coronado rey tras la muerte del conquistador.

Para confirmar la autenticidad de la túnica, los investigadores emplearon técnicas avanzadas de análisis infrarrojo y cromatografía de gases, lo que permitió detectar capas de algodón separadas por tejido mineral blanco. Sin embargo, lo que realmente destaca de esta prenda es su inconfundible color.

El tinte que solo usaban los grandes reyes

© Ntinos Lagos/Getty Images.

El tono violeta de la túnica no es un detalle menor. Durante la época de Alejandro Magno, solo podía provenir de un material extremadamente valioso: el tinte de Tiro. Este pigmento, extraído de moluscos en la costa fenicia, era símbolo de poder y estaba reservado para la nobleza y los gobernantes del Imperio Persa.

De acuerdo con Bartsiokas, este color representaba la autoridad suprema y fue adoptado por Alejandro tras su victoria sobre los persas. Incluso el Museo de Historia Natural de Carnegie en Pittsburgh destaca que este tinte no solo era un símbolo de estatus, sino que también otorgaba una durabilidad excepcional a los tejidos, haciéndolos prácticamente incorruptibles.

¿Un botín real entre las manos de Alejandro?

© iStock.

Algunos historiadores sostienen que, tras conquistar Susa, Alejandro Magno se apoderó de un tesoro que incluía 5000 talentos en telas púrpuras, acumuladas como tributo y guardadas en las reservas reales persas. Es posible que esta túnica fuera parte de aquel increíble botín, utilizado posteriormente por el líder macedonio como emblema de su dominio.

Si las investigaciones confirman que este quitón perteneció a Alejandro Magno, estaríamos ante una de las piezas más importantes jamás halladas de su legado. Este hallazgo no solo reescribe nuestra percepción sobre su imagen y su poder, sino que también ofrece una conexión tangible con uno de los personajes más fascinantes de la historia.

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