Humans Rights Watch afirma que el ataque israelí en Líbano con armas estadounidenses fue un “aparente crimen de guerra”
Una investigación de Human Rights Watch (HRW, por sus siglas en inglés) concluyó que el ataque aéreo israelí del 25 de octubre, en el que murieron tres periodistas en Líbano y en el que se utilizaron armas de fabricación estadounidense, fue “muy probablemente un ataque deliberado contra civiles y un aparente crimen de guerra”.
Según HRW, el ataque tuvo lugar en el Hasbaya Village Club Resort de Hasbaya, al este de Líbano, donde más de una decena de periodistas llevaban alojados más de tres semanas.
Las Fuerzas de Defensa de Israel dijeron a CNN en el día que había impactado un edificio donde “los terroristas estaban operando”, pero más tarde revisó su declaración, diciendo que “el incidente está bajo revisión”.
“Human Rights Watch no encontró pruebas de combates, fuerzas militares o actividad militar en la zona inmediata en el momento del ataque”, dijo la ogranización este lunes.
HRW dijo que visitó el complejo turístico, entrevistó a ocho personas que se alojaban en el complejo o cerca de él, y revisó varios videos y fotos del ataque y sus consecuencias, así como imágenes de satélite.
Entre los entrevistados había tres periodistas heridos en el ataque, que dijeron que todos sus vehículos estaban marcados como “Prensa” o “TV” y añadieron que habían oído zumbidos de drones israelíes sobre sus cabezas en los días anteriores al ataque, lo que sugiere que habían estado bajo vigilancia de las FDI, dijo HRW.
“La información examinada por Human Rights Watch indica que los militares israelíes sabían o deberían haber sabido que había periodistas en la zona y en el edificio atacado”, señaló HRW.
Tras examinar las secuelas de la explosión, HRW llegó a la conclusión de que había sido alcanzada con una “bomba lanzada desde el aire equipada con un kit de guía de Munición de Ataque Directo Conjunto (JDAM, por sus siglas) de producción estadounidense”, y pidió a Estados Unidos que suspendiera los envíos de armas a Israel, añadiendo que “funcionarios estadounidenses podrían ser cómplices de crímenes de guerra”.