El presidente Luis Abinader favoreció ayer la conformación de un diálogo entre gobierno, legisladores y representantes de los diversos sectores sociales en torno al alcance del proyecto de modernización fiscal, sobre el cual dijo que el Poder Ejecutivo está en disposición de revisar disposiciones objeto de rechazo.
Jochi Vicente, ministro de Hacienda, dijo en la mañana ante la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, que las autoridades están en la mejor disposición de enmendar cualquier “error garrafal” infligido en la elaboración de esa iniciativa de reforma tributaria.
Al responder, durante el encuentro La Semanal con la prensa, el comentario de un periodista sobre el perjuicio que acarrearía la propuesta de grabar en un 27% los intereses devengados por ahorros bancarios a plazos fijos, el mandatario dijo que ese y otros temas serian objeto de revisión y discusión en el Congreso.
Alivia saber que el Presidente y el ministro de Hacienda muestran disposición de emendar propuestas de impuestos que causan severos perjuicios a la población, sectores productivos y a la economía, como el referido gravamen que casi triplica el impuesto a los intereses por ahorro bancarios.
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Se admite la imperiosa necesidad de promover una reforma fiscal, cuyo objetivo sería recaudar unos 122 mil millones de pesos dirigidos para promover inversiones de capital, pero no cabe la menor duda de que el proyecto elaborado contiene errores garrafales.
El presidente Abinader ha propuesto “un dialogo tripartito” entre gobierno, legisladores y representantes de los sectores productivos y sociales, con la promesa de que el gobierno revocaría gravámenes tóxicos insertos en esa propuesta.
Conviene que las comisiones legislativas que estudian el proyecto de reforma fiscal escuchen las quejas de representantes de los sectores turismo, zonas francas, industrial, inmobiliario, construcción, financiero, comerciantes, exportador, agropecuario, cine y obviamente, a los consumidores.
Con su sensata disposición al diálogo y a la rectificación, el presidente Abinader y el ministro de Hacienda desactivan una eventual crisis de envergadura mayor que seguramente estallaría en perjuicio de la economía y la gobernanza si se llega a aprobar como fue elaborado ese rosario de impuestos que provoca en la población y al sector productivo un insoportable estrés.