Este 31 de agosto se cumplen siete años del asesinato de Emely Peguero, quien tenía 16 años y 5 meses de embarazada.
La adolescente, cuyo cuerpo fue hallado oculto en una maleta en la comunidad de La Guama, provincia Espaillat, presentaba signos de un aborto posiblemente forzado y una fractura craneal.
Peguero fue reportada como desaparecida el 23 de agosto de 2017 y la búsqueda, inicialmente desesperada por parte de su familia, pronto reveló la realidad oculta, que fue el descubrimiento del asesinato.
El informe forense señaló que murió debido a una hemorragia interna provocada por un aborto inducido y a un golpe contundente en la cabeza, que le causó un hundimiento del cráneo.
El principal sospechoso del crimen, Marlon Martínez, novio de la joven y padre del bebé que ella esperaba, fue condenado a 30 años de prisión por homicidio voluntario, actos de barbarie y sustracción de menores.
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La madre de este, Marlin Martínez, también fue condenada a cinco años de prisión por complicidad en la ocultación del cadáver. A pesar de las condenas, el caso ha dejado una profunda insatisfacción y dolor en la sociedad dominicana.
El caso de Peguero no solo puso en evidencia la violencia de género en el país, sino también las fallas en el sistema judicial.
Las circunstancias de su muerte revelaron la brutalidad con la que se enfrentó su caso, incluyendo la presión para abortar ejercida por la madre de su novio. Genaro Peguero, padre de Emely, detalló cómo su hija rechazó la presión para terminar con el embarazo, afirmando que ella estaba decidida a tener al bebé.
La conmoción causada por el asesinato de Emely Peguero ha impulsado a la sociedad a luchar por una mayor protección de las mujeres y niñas en la República Dominicana. Marchas, vigilias y campañas de concienciación han mantenido vivo su recuerdo, convirtiéndola en un símbolo de la lucha contra la violencia de género. Las organizaciones de derechos humanos y colectivos feministas siguen trabajando para que se refuercen las medidas de protección.
En este aniversario, la familia de Emely, liderada por su madre Adalgisa Polanco, continúa su lucha por justicia plena, recordando a la sociedad que la memoria de su hija no debe ser olvidada y que se debe seguir avanzando en la protección de los derechos de las mujeres.