No vino Núñez Feijóo, que viene el viernes, pero no se cabía de gentes, unas calladas, otras más levantiscas sobre todo los de Murcia que venían a jalear a Paco Ureña, a España y no le dieron vivas al Tribunal Supremo de milagro
A media tarde por la calle Alcalá bajaban aficionados de clavel, chulapas de escotes desafiantes, constructores de la Lorca, forrados, buscavidas, numerarias del Opus Dei, ladrones de carteras, reventas que ahora parece que los viste Christian Dior, porteros del Barrio de Salamanca, aficionados …
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