Una vez más, el delito juvenil en banda quedó expuesto en La Plata por las cámaras de video, que lo registran todo las 24 horas, los siete días de la semana. Como si se tratara de un “GH de la inseguridad”, pero sin valor práctico, ya que la situación parece fuera de control y no hay atisbo de una solución a corto o mediano plano.
Con componentes que muchas veces no llegan a la edad de imputabilidad, esta horda salvaje se mueve a sus anchas por distintos sectores de la Ciudad, aunque fundamentalmente en el Centro, donde no solo provoca desmanes y destrozos, sino que también delinque.
En este preocupante contexto, que no es para nada menor como tantas veces publicó este diario, de las filmaciones llamó la atención la cantidad de integrantes que tenía el clan.
Eran varias decenas de jóvenes desaforados, a las patadas y con hambre de llevarse lo que fuese.
En 50 entre 13 y 14, Kevin, vecino de un edificio que durante la madrugada de ayer registró los movimientos de esta especie de “marabunta” (conjunto de personas alborotadas y tumultuosas), contó que “levantaron la persiana del garaje para llevarse tres bicicletas, una moto 110 y un casco”.
Si bien varios de ellos pudieron ser demorados, en la comisaría, como tantas veces de informó, mientras las víctimas esperaban horas para que le tomen la denuncia y, si tenían suerte, recuperar sus pertenencias, podían ver cómo los precoces ladrones eran retirados por sus padres o familiares.
En este punto, a decir de los testimonios recabados por EL DIA, causó gran indignación ver como, apenas ponían un pie en la vereda, los adultos enfilaban para un lado y los menores para el otro. “Quedaban otra vez solos, sin nadie que los controle”.
Precisamente, ahí radica una de las causas del drama. La falta de contención.
Así, sin educación ni valores, lo único que podrán aprender son los violentos códigos de la calle.
“Al parecer, agarraron a 13, pero eran entre 20 y 30 chicos”, mencionó Kevin.
“Es todo al revés. Se supone que pagamos impuestos para estar cómodos y le dan prioridad a los que hacen lo que no tienen que hacer”, agregó.
Respecto de la zona de Plaza Moreno, explicó: “Está heavy. Y lo peor es que ahora apagan las luces. Es una boca de lobo. Solo la prendieron para festejar el campeonato de Estudiantes”.
“A mi, en distintos momentos, me robaron cuatro bicicletas. Y tenés que pasarte tardes enteras mirando Marketplace para ver si la publican a la venta”, explicó.
La garita municipal, tampoco es solución. “El sistema es inviable. En la comisaría se manejan todavía con papeles y los que están en la caseta se la pasan tomando mate y mirando el celular”, se quejó Kevin.
Como medida para frenar esta locura, expresó: “Se me ocurren un montón de cosas, pero creo que hay que bajar la edad de inimputabilidad y castigar de alguna manera a los padres de estos pibes para que la corten. Son violentos, se mueven en patota y le pegan a la gente”.
“NADA LIGHT”
Al parecer, se trataría de los mismos delincuentes que patearon la entrada de la dietética Wako, de 12 y 44.
En el negocio no hay valla metálica ni rejas. Sí un blíndex, que no soportó el furioso embate.
En este caso, quedaron filmados dos, pero no se descarta que estuvieran varios más mirando la acción de cerca.
Tendrían entre 18 y 25 años y, una vez que se metieron en el comercio, se apoderaron de dinero, pero una poca cantidad.
“Se quedaron 5 segundos. Se fueron corriendo. En ese lugar, llevamos 12 robos, que llegan a 23 sumando las demás sucursales de la cadena. En los últimos ocho meses, tuvimos 20 robos del total de casos. Una locura”, expresó el encargado con resignación.
Es el mismo tenor de lo que posteó en su cuenta de Instagram (arcoiris.zapateria) una comerciante de la galería San Martín, de 50 entre 7 y 8, donde la gavilla dejó su huella: “Esto pasó a la madrugada en nuestra galería. En la próxima historia te muestro los destrozos que causaron. Esto pasa todos los días, todo el día, y desde hace mucho tiempo. Esta vez pasó acá, pero todo el tiempo estamos sufriendo robos de locales, motos, bicis y de caminantes de a pie. Necesitamos una solución. Ayúdanos a compartir esta situación por favor”.
Los menores que demoró la Policía entraron y salieron de la comisaría en muy poco tiempo