2000: PRD vuelve al poder; Balaguer niega apoyo a PLD evitando 2da. vuelta ordenaba Constitución

Elecciones, El Nuevo Diario y sus coberturas 

EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- Una sequía de 18 años que parecía agotar las esperanzas de poder del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), desalojado del poder en 1986, viene a terminar en el 2000, con el triunfo en esas elecciones del ingeniero Hipólito Mejía, resultados en los que también el país venía a estrenar una mujer como vicepresidenta de la República (Milagros Ortiz Bosch) y por igual se restablecía la Primera Dama, una figura que estuvo ausente en los 14 años anteriores.

Es la segunda vez, de manera consecutiva, que los resultados electorales ordenaban una segunda vuelta electoral, pero pese al mandato constitucional, en esta ocasión el balotaje no se llevaría a cabo por entendimientos políticos a que arribaron los principales actores en esa contienda.

De manera particular, esos comicios del 2000 registran la última participación del doctor Joaquín Balaguer como candidato presidencial, quien fallecería dos años después, el 14 de julio de 2002, a la edad de 96 años.

Las votaciones fueron un arrastre para el PRD, sólo permitiendo el triunfo de la oposición en la provincia La Romana, al este del país, demarcación que fue ganada por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

No obstante, el PRD y Mejía se quedarían cortos para obtener el 50 % más un voto que establece la Constitución de la República, para que la Junta Central Electoral (JCE) proclame un ganador y se evitara la segunda vuelta.

En ese trance, el candidato que había quedado en segundo lugar, Danilo Medina, quien iba en la boleta del PLD, apelaría a Joaquín Balaguer en busca de su apoyo para una segunda vuelta.

El respaldo solicitado por los peledeístas recibió la negación rotunda y categórica del líder reformista y sin ninguna posibilidad en el horizonte, el PLD opta por el retiro de la contienda, lo que constitucionalmente convertía a Hipólito Mejía en el presidente electo de manera automática.

Posteriormente se conocía, que Balaguer habría mostrado arrepentimiento por haber apoyado al PLD en los comicios de 1996 y en ese tenor se ha escuchado a dirigentes reformistas, como Federico Antún Batlle, quien en abril del año pasado confesaba a El Nuevo Diario, que el acuerdo con los peledeístas era la alternabilidad del poder, lo que implicaba que el líder reformista esperaba recibir el respaldo del partido morado en las elecciones de 2000.

El preámbulo 

Esta campaña no escapó a los actos de violencia que venían caracterizando a los anteriores procesos electorales y un caso específico estalló apenas dos semanas antes de las votaciones, cuando dos simpatizantes del PLD resultaron muertos durante un enfrentamiento a tiros durante una caravana del PRD.

El candidato presidencial perredeísta, Hipólito Mejía, vio su vida en peligro en medio de la balacera, lo que motivó que su seguridad recurriera al protocolo establecido para eventos de esta naturaleza.

El propio Mejía narraba a la prensa, que a fin de proteger su integridad la seguridad lo tuvo que sacar rápidamente del lugar, pero antes lo metieron debajo de unas diez personas. 

En medio de la tensión, el candidato peledeísta, Danilo Medina, mientras pedía ecuanimidad de los dirigentes y militantes de los dos partidos, sugería a Hipólito Mejía entregar a los culpables de lo que llamó “asesinatos”.

De manera frontal, Medina responsabilizaba a Mejía de los muertos, lo que atribuía a su discurso irrespetuoso, intolerante y agresivo.

Hipólito Mejía realizaba una visita al cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, para “renovar amistad” y de paso le solicitaba intermediar para evitar la violencia en la campaña.

Adicional a estos acontecimientos, el PRD denunciaba una campaña negativa en los spots publicitarios del PLD, lo que mereció la intervención de la JCE, que pedía abandonar la forma poco ética de hacer proselitismo, pero se negaba a prohibir los videos publicitarios que promovían a Danilo.

Coqueteo PRD-PRSC

En la campaña hacia las elecciones del 16 de mayo, el entonces presidente del PRD, Hatuey Decamps Jiménez, favorecía una alianza con el PRSC, en caso de que fuera necesario una segunda vuelta y detalló que esa intención era apoyada por el propio Hipólito Mejía.

Una semana antes de que los dominicanos acudieran a las urnas, Mejía visitaba a Balaguer en su residencia de la avenida Máximo Gómez y la prensa destacaba que conversaron sobre las elecciones y la economía. Es de esa reunión que nace la frase de que “Hipólito había amarrado la chiva” con el líder reformista. 

Resultados

Ante una asistencia masiva de votantes, la JCE, dirigida por Manuel Ramón Morel Cerda, proyectaba con resultados preliminares el triunfo de Hipólito y por corto tiempo Balaguer aparecía de segundo, aunque en el resultado final Danilo Medina y el PLD arriban a esa posición y el líder reformista termina tercero en el cierre del conteo.

Tras ser declarado ganador en primera vuelta, Hipólito volvía a reunirse con Balaguer y ese mismo día visitaba la tumba de Peña Gómez, mientras los perredeístas celebran en el Malecón de la capital su vuelta al poder.

Dos días después de las elecciones, el presidente Leonel Fernández anunciaba la comisión de transición, mientras el presidente electo, Hipólito Mejía, recibía en su casa a una comisión de dirigentes del PRSC, encabezada por Donald Reid Cabral y Federico (Quique) Antún Batlle.

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