El Patio de la Montería del Real Alcázar volvía a convertirse este martes por unas horas en el gran ruedo del mundo de los toros como escenario de la gala de entrega de los ‘Premios Taurinos Puerta del Príncipe’ de El Corte Inglés, los primeros galardones que cada temporada se entregan para premiar lo más destacado de la Feria de Abril en la Maestranza, que en esta trigésimo octava edición, tal y como se anunció el pasado ‘lunes de resaca’, reconocieron, con la unanimidad de todo su jurado, a Daniel Luque como gran triunfador del serial, quien aseguró sentirse «la persona más feliz del mundo» tras recoger el galardón.
El torero de Gerena rubricó su paso por la Feria de Abril con cuatro orejas, una Puerta del Príncipe y, desde este martes, un Premio Puerta del Príncipe. Volvía a sonreír Daniel Luque en la Maestranza tras haber cumplimentado el invierno más duro de su carrera, apartado de las principales ferias del inicio de la temporada tras el polémico veto de Roca Rey. Y nuevamente sonrió este martes en el Patio de la Montería tras recibir el galardón ‘Juan Antonio Ruiz Espartaco’ como acreedor del principal galardón del ciclo maestrante.
Debutaba en este ‘ruedo’ del Alcázar Enrique Guevara como nuevo director regional de El Corte Inglés en Andalucía Occidental y Extremadura, quien no ocultó su «profundo orgullo» como anfitrión del que está considerado como el premio taurino más importante de la ciudad, junto con los que anualmente entrega la Real Maestranza de Caballería. «Queremos que este Patio de la Montería, que ha sido testigo de momentos cruciales de la ciudad de Sevilla, forme también parte de la historia de cada Feria de Abril, como lo fueron algunos de los momentos heroicos que nos hacen hoy reconocer la singularidad de la fiesta de los toros», señaló el director regional de El Corte Inglés.
Tras las palabras de Enrique Guevara se entregó una mención especial a Manuel Escribano por el pundonor demostrado con la corrida de Victorino Martín, cuando tras sufrir una cornada y ser operado con anestesia local en el quirófano de la Plaza de Toros de la Maestranza regresó para desorejar al sexto de la tarde en una de las faenas de mayor emoción del ciclo.
Momento emotivo
Uno de los momentos más emotivos de la noche fue cuando el maestro Curro Romero entregó el premio que lleva su nombre a Pablo Aguado como autor del mejor toreo de capote de la Feria, tras el ramillete de verónicas sublimes que esculpió ante el tercer toro de Victoriano del Río del sábado de farolillos. «Si ya de por sí torear un toro de capote en Sevilla es un privilegio, recibir el premio de sus manos es un sueño», reconoció Aguado ante el Faraón de Camas.
Curro Romero le hizo entrega del premio que lleva su nombre a Pablo Aguado
Juan Ortega recibió el ‘Premio Vicente Zabala’ a la mejor faena por su obra al toro Florentino de Domingo Hernández. Fue ésta, como se tituló en la crónica de ABC de aquel día, la consagración de Juan Ortega en la élite del toreo. Tal y como aseguró el sevillano, «llevaba mucho tiempo buscando y soñando esa faena. Es de las sensaciones que llevaré toda mi vida en el corazón».
Fue premiado el ganadero Santiago Domecq por la extraordinaria corrida lidiada el martes de preferia. «Ni en los mejores momentos de nuestros pensamientos imaginamos un triunfo tan fuerte. Seguimos en una nube, pero dejadme que siga disfrutando un poquito más de esto», dijo emocionado el criador jerezano.
Como autor a la mejor suerte de matar se premió la ejecución de la suerte suprema de Emilio de Justo en las dos corridas que lidió durante la Feria de Abril (Garcigrande y La Quinta), quien cortó tres orejas. El premio al mejor rejoneador fue para Diego Ventura y el banderillero Curro Javier, de la cuadrilla de Morante de la Puebla, fue premiado como el mejor subalterno de la Feria, y como mejor picador se reconoció a Juan Francisco Peña, de la cuadrilla de Manuel Escribano, por sus actuaciones con toros de Victorino Martín y Miura. Un premio que además de valorar la colocación y ejecución del puyazo ha querido reivindicar la importancia de la realización de la suerte de varas, que brilló especialmente a cargo del picador sevillano.
Cerró la gala el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, quien reivindicó que Sevilla «es una plaza, un escenario y una afición que está por encima de modas y caprichos. En los tiempos que corren, estos premios son muy oportunos. La fiesta se crece con los ataques, pero es bueno que sepan algunos que esta fiesta es un ejercicio de libertad».