Duro informe del FMI en medio de la negociación: sugirió una devaluación del peso

Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI

Duro y contundente, el Fondo Monetario Internacional (FMI) dio a conocer un informe con una ristra de exigencias para la Argentina en medio de la renegociación por la deuda. Para el organismo, el precio del dólar oficial para que el sector externo funcione en equilibrio debería valer entre un 15 por ciento o 20 por ciento más.

Mientras se demora el acuerdo que el equipo económico a cargo de Sergio Massa intenta alcanzar, el organismo crediticio insistió en que el país debe eliminar el “cepo” de manera gradual, llevar la multiplicidad de cotizaciones del dólar a un “régimen cambiario simplificado” (o unificado) y restringir las intervenciones sobre la divisa norteamericana en el mercado. Además, mantener una política monetaria “estricta” y un ajuste fiscal favorable con el crecimiento para fortalecer la economía.

Los pedidos del Fondo quedaron plasmados en su reporte “External Rebalancing in Turbulent Times” (“Reequilibrio externo en tiempos turbulentos”), donde analiza la cuenta corriente de los países. Sobre la Argentina, señaló que “la posición exterior en 2022 era más débil que el nivel implicado por los fundamentos a medio plazo y las políticas deseables”.

El organismo que preside Kristalina Georgieva advirtió que la economía argentina sufre “elevadas vulnerabilidades de la deuda externa, las reservas internacionales precariamente bajas y la falta de acceso a los mercados internacionales de capital” y que “es crítico continuar implementando políticas macroeconómicas prudentes que fortalezcan la cuenta corriente externa y la cobertura de reservas para asegurar la sostenibilidad externa”.

En este sentido, reclamó que “las posibles respuestas políticas son una consolidación fiscal favorable al crecimiento; combinada con una política monetaria restrictiva y un régimen cambiario simplificado, siguen siendo esenciales para moderar el crecimiento de la demanda interna, reforzar la balanza comercial, reconstituir las reservas internacionales, recuperar el acceso a los mercados y garantizar la sostenibilidad de la deuda fiscal y externa”.

También, dijo el staff técnico del organismo, “se requieren reformas estructurales para impulsar la capacidad exportadora de Argentina y fomentar la inversión extranjera directa”.

Para el Fondo, “a medida que se restablezcan la estabilidad y la confianza, habrá que considerar una flexibilización gradual de las restricciones del mercado cambiario basadas en condiciones y eliminar las prácticas de monedas múltiples y las restricciones cambiarias”. Esto es, tender a la unificación cambiaria y a la quita gradual del cepo.

No es la primera vez que el organismo multilateral de crédito pide poner fin a las restricciones cambiarias. Por ejemplo, en reiteradas oportunidades cuestionó medidas como la implementación del dólar soja, Qatar o Coldplay. Y a principios de abril, cuando se aprobó la última revisión del programa vigente, avisó que hacía falta “racionalizar el régimen cambiario” y apuntó a la necesidad de implementar un “paquete de políticas más sólido”.

Lo inédito en el informe difundido ayer es la mención taxativa y sin eufemismos a la necesidad de ir a un “régimen cambiario simplificado”. La exigencia llega en plena discusión por la revisión actual del programa, de cuya aprobación depende el desembolso de los fondos que al ministro (y candidato) Massa le urge conseguir para llegar sin grandes sobresaltos a las elecciones presidenciales de octubre.

El Fondo aclaró a su vez que “la deuda bruta y las obligaciones del servicio de la deuda siguen siendo sustanciales y el cumplimiento de estas obligaciones a medio plazo dependerá de la situación de la cuenta corriente”.

Pese a lo sombrío del panorama trazado, el FMI indicó que “se prevé que la balanza de cuenta corriente alcance un superávit en 2023, a pesar de las condiciones de sequía que afectan a las exportaciones agrícolas, debido principalmente a la moderación de la demanda interna y de las importaciones, la mejora de la relación de intercambio de productos básicos y el aumento de los ingresos por intereses de los activos privados argentinos en el extranjero”.

Por último, el Fondo aclaró que, “si bien son necesarios a corto plazo para hacer frente a los desequilibrios, los controles a la importación y otras similares deberían eliminarse y es necesaria una flexibilización basada en condiciones”, en tanto que reforzó: “Dada la escasez de reservas, las ventas de divisas (en el mercado cambiario) deben ser coherentes con los objetivos de acumulación de reservas”.

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