El color del océano podría cambiar otra vez tiñendo a la Tierra, y la ciencia ya anticipa cuál será

14

Durante siglos hemos imaginado a la Tierra como el “planeta azul”, con sus mares reflejando un color que asociamos con vida, calma y estabilidad. Pero investigaciones recientes han demostrado que este tono tan característico no siempre existió… y podría volver a desaparecer. Un viaje al pasado y al futuro de nuestros océanos revela transformaciones sorprendentes que podrían cambiar nuestra percepción del mundo.

Un planeta muy distinto al que conocemos

En sus primeros miles de millones de años, la Tierra era un entorno inhóspito y muy diferente al actual. La atmósfera carecía de oxígeno, y los océanos, lejos de ser azules y cristalinos, eran oscuros, densos y con una composición química dominada por el hierro y el azufre. No existía la vida marina compleja tal como la conocemos, y la luz del sol apenas se filtraba en las profundidades.

Diseño Sin Título (30)
© Aphelleon – shutterstock

Durante este periodo, la actividad volcánica y la disolución de minerales como el hierro dieron lugar a un fenómeno inesperado: el color verde en los océanos. Este tono, confirmado por un estudio publicado en la revista Nature, se debía a la alta concentración de hierro disuelto, que absorbía la luz azul y dejaba pasar la verde. Era un mar completamente distinto al que vemos hoy desde el espacio.

Brooklyn Tech Support

La gran oxidación y el nacimiento del azul

El cambio no llegó de la noche a la mañana, pero fue transformador. Hace unos 2.400 millones de años, unas diminutas formas de vida llamadas cianobacterias comenzaron a liberar oxígeno como resultado de la fotosíntesis. Este evento, conocido como la Gran Oxidación, revolucionó la atmósfera y, por ende, los océanos.

Diseño Sin Título (31)
© 100Y Design – shutterstock

El oxígeno reaccionó con el hierro presente en el agua, oxidándolo y haciendo que este se volviera insoluble. Al precipitarse al fondo del mar, el océano se volvió más claro. Por primera vez, la luz azul comenzó a dominar en las aguas, marcando el comienzo de los mares tal como los conocemos hoy: de un profundo y brillante azul.

Este cambio no solo fue estético, sino también biológico y climático. La presencia de oxígeno permitió la evolución de formas de vida más complejas, cambió el equilibrio químico del planeta y creó las condiciones necesarias para que se desarrollaran ecosistemas marinos ricos y diversos.

Señales de un nuevo cambio en camino

Pero ahora, nuevas señales indican que podríamos estar acercándonos a otra transformación. Esta vez, el azul podría dar paso a tonalidades púrpuras… o incluso rojas. En algunas zonas costeras del mundo ya se han registrado estas variaciones de color, provocadas por el aumento de bacterias sulfúreas, que prosperan en entornos con poco oxígeno y alto contenido de azufre.

Estas bacterias utilizan pigmentos violáceos para captar la luz y sobrevivir en condiciones extremas, lo que ha llevado a algunos científicos a plantear la posibilidad de que el océano pueda adquirir un tono púrpura en el futuro. No sería un caso aislado: las conocidas “mareas rojas”, causadas por microalgas tóxicas, ya tiñen temporalmente las aguas de distintas costas del planeta.

Además, el calentamiento global está intensificando estos procesos. En las últimas dos décadas, más del 56% de las aguas oceánicas han adquirido tonos más verdosos debido al crecimiento desmedido de fitoplancton, impulsado por el aumento de las temperaturas y la acidificación del agua por el exceso de CO₂.

Un iceberg negro emerge del mar y desconcierta a la ciencia: nadie había visto algo así
© Pixabay – makabera.

Lo que el color del océano nos revela sobre nuestro futuro

Más allá de su impacto visual, el color del mar funciona como un termómetro del estado de nuestro planeta. Un océano azul profundo indica equilibrio en sus ecosistemas. Tonos verdosos o púrpuras, por el contrario, pueden ser síntomas de desequilibrios químicos, proliferación de organismos extremos y pérdida de biodiversidad.

Islas como Iwo Jima, en Japón, ya sirven como laboratorios naturales donde se observa cómo reacciona el océano en condiciones extremas. Incluso potencias como China están invirtiendo en misiones submarinas al Ártico, intentando anticiparse a un escenario donde los océanos dejen de ser como los conocemos.

¿Veremos mares púrpuras en un futuro cercano? No hay certezas, pero la ciencia advierte que los procesos ya están en marcha. La historia geológica del planeta nos demuestra que los cambios son inevitables. La pregunta es si sabremos leer a tiempo estas señales… y actuar en consecuencia. Porque, a fin de cuentas, el color del mar es mucho más que una simple imagen: es un reflejo profundo de nuestro impacto sobre la Tierra.

Leave A Reply

Your email address will not be published.