Imagine Dragons: rock, fiesta y mucha nostalgia

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Miriam González Ruiz

Este concierto no era una parada más de la gira por Europa. Para unos era el sueño de su vida, para otros el espectáculo de la década y para muchos un concierto inolvidable. La última vez que Imagine Dragons cantaba en España era 2022, tres años después echan abajo la casa del Atlético de Madrid, campo duro, pero que si lo trabajas, puedes ganártelo con facilidad. Un ‘sold out’ de estadio en pie, sin descansos, sin dejar de saltar, cantar y emocionarse. Elevando el rock al cielo madrileño.

La noche caía sobre la capital -aunque las temperaturas se mantenían bien altas- y el Metropolitano vibraba con Dan Reynolds, fundador y líder de la banda, que no paró de bailar por el escenario y la pasarela en forma de guitarra. Los primeros acordes ponían la piel de gallina, un solo de batería que hizo temblar todo el estadio y las luces de mil colores que daban el pistoletazo de salida a un espectáculo para el recuerdo. El cantante es un hombre ejemplo a seguir para miles de personas de todo el mundo, no solo porque sus canciones hablan de los demonios de la depresión (‘Demons‘, canción con más de 2.748 millones de reproducciones en Spotify) o la lealtad y el dolor en ‘In Your Corner‘. Actitudes hacia la vida que dejaba claras una vez más, proclamando que «si estás solo exprésalo, háblalo con alguien. Yo mismo he ido a terapia durante años». Además, mostraron su apoyo a la comunidad LGTBIQ+ en su día de reivindicación con una guitarra pintada con los colores de la bandera trans y un corazón con la del orgullo.

Los estadounidenses dieron un show al alcance de muy pocos. Entregaron a los presentes fuegos artificiales en temas como ‘Thunder‘, torrentes de confeti, columnas de fuego y animaciones personalizadas para cada canción; durante ‘Bones‘ un esqueleto animado bailaba en las pantallas gigantes dignas de Times Square. Una auténtica fiesta veraniega con abanicos yendo y viniendo, pelotas de playa gigantes durante ‘Take me to the beach‘ y el intérprete bajando al foso para saludar a sus seguidores en más de una ocasión.

Brooklyn Tech Support

La magia surgía sobre un escenario que acogía por primera vez al cantante oriundo de Las Vegas, quien, de forma irónica preguntaba al público español «¿cuánto tiempo no?». Con la voz entrecortada y la lágrima al límite -sin llegar a caer- recordaba el primer show que ofrecieron en España, ahora, señalaba emocionado un llenísimo Metropolitano y daba «gracias por este regalo, gracias por cantar conmigo». Danielito, como rezaba la camiseta de la selección española de fútbol que le regaló un fan y, como contó él mismo, era el mote que le puso su profesor de pequeño, cantaba ‘I bet my life‘, un clásico que este año cumple su primera década.

LOOM es el disco que le da nombre a esta gira -Loom World Tour- que hace en Madrid su primera parada de España, el martes viajarán a Barcelona para romper el suelo del Estadio Olímpico. Los grandes protagonistas de la velada no fueron las canciones de este nuevo álbum, sino los éxitos inolvidables de la banda. ‘Whatever it takes’, ‘Natural‘, ‘Bad Liar’, ‘Believer’ y ‘Radioactive‘ (coreada a capela por los casi 70.000 fans presentes). Temas intergeneracionales que cantaban desde las parejas hasta los padres con sus hijos. La emoción, la ternura y la nostalgia recorrían el estadio, desde el que pagó 65€ por su entradas hasta los que desembolsaron hasta 7.000€ para verles.

Un grupo sin miedo a mostrarse como es. Hijos del rock puro -‘Fire in these hills‘-, con influencias indie-folk -‘Next to me‘-, y convirtiendo ‘This is my kingdom come‘ en una balada al piano que, segundos después, sería energía pura. Con tintes comerciales, pero sin olvidar sus referentes y siempre siendo fieles a ellos mismos. Ofrecieron un show que engrandece el rock actual. Aunque su canción Enemy proclame que «todo el mundo quiere ser mi enemigo», nadie podrá negar que Imagine Dragons llegó hace más de 15 años para sellar su paso por la historia de la música a fuego vivo.


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