
Axel Kicillof buscó ayer edificar un gesto de autoridad política. En su mensaje de lanzamiento del Movimiento Derecho al Futuro, evitó hacer una referencia explícita a la interna que libra con Cristina Kirchner y La Cámpora, pero procuró dejar en claro que es él y no su ex jefa política el eje convocante al frente electoral que llamó a construir para enfrentar a Javier Milei en la Provincia.
El Gobernador no se salió de un libreto estudiado minuciosamente. Le bastó con traducir sin frases altisonantes, que se considera el conductor de un espacio mayoritario dentro de lo que todavía se conoce como Unión por la Patria. El desafío a la ex presidenta, quedó plasmado. Lo reafirmó cuando lanzó otra definición: “La discusión no es un lugar en la lista, es un lugar en la historia”.
La demostración de fuerza que encabezó Kicillof acaso haya sido, además, parte del pliego de condiciones que su sector está poniendo sobre la mesa para negociar una unidad peronista de final incierto. Si se le reconoce esa condición de socio mayoritario, hará el intento por revivir la sociedad con el cristinismo y Massa que parece gravemente herida.
La escalada del enfrentamiento terminó por abrir puertas que parecían clausuradas: los talibanes, que los hay y no son pocos, cercanos al Gobernador, ya no descartan romper con la ex presidenta y competir con lista propia en septiembre. Del otro lado, desde el campamento ultra K, también se empezó a hablar de que esa posibilidad de quiebre ya no parece un imposible.
Acaso Kicillof se haya referido tangencialmente a esa chance cuando en el acto que encabezó ayer en La Plata recordó casi como al pasar que hace 20 años que el peronismo no gana una elección legislativa en la Provincia. Quizás haya sido una referencia a que una ruptura, que ya no se descarta, le haría las cosas más sencillas a la alianza que ya en avanzado estado de cocción empujan La Libertad Avanza y el PRO. También pudo ser un disparo directo a la estrategia que anticipadamente comenzó a desplegar el kirchnerismo duro, que buscaría responsabilizar al Gobernador de un eventual traspié electoral por impulsar el desdoblamiento de los comicios que Cristina Kirchner resistió.
Esa pelea peronista que sigue escalando aparece en la hoja de ruta de distintos sectores partidarios que alientan la construcción de una alternativa de centro, alejada de la polarización que ofrecen y fomentan el kirchnerismo y los libertarios.
Hubo un movimiento que, si bien puede presumirse acotado, terminó envalentonando a quienes creen que hay espacio para ensayar esa alternativa: la rebelión que en San Nicolás protagonizaron los hermanos Passaglia contra el acuerdo entre La Libertad Avanza y el PRO.
Ese distrito controlado por los Passaglia, es el más importante en términos poblacionales de la Segunda sección electoral. Por lo que se sabe, ya hay contactos para una posible foto con una serie de peronistas disidentes como los intendentes Fernando Gray (Esteban Echeverría), Julio Zamora (Tigre), Guillermo Britos (Chivilcoy) y el hombre fuerte de San Miguel, Joaquín De la Torre, que exploran una apuesta electoral propia equidistante de los extremos.
Las charlas incluyen a buena parte del radicalismo que no quiere sumarse al armado libertario. Esa construcción por ahora incipiente comienza a generar algunas definiciones: hay quienes comentan que cierto sector de la UCR que estaba mirando con interés acercarse a Kicillof si el mandatario rompe con el kirchnerismo y arma lista propia, estaría recalculando esa posibilidad con el argumento de que no querría terminar siendo partícipe de dirimir la interna peronista.
Hay otras sospechas instaladas. La eventual independencia de Kicillof, ¿podría seducir a estos peronistas que reniegan de Máximo y Cristina Kirchner y de esa forma quitarle empuje al armado del medio? Es una alternativa que también aparece en el radar.
El PRO y los libertarios, mientras tanto, siguieron dando pasos en la construcción del frente electoral que armarán para las elecciones de septiembre. Hay quienes afirman que el cierre estaría más avanzado de lo que trascendió hasta el momento, al punto que los negociadores del partido amarillo, Cristian Ritondo, Diego Santilli y el intendente de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro, ya tendrían avanzado el esquema de integración de listas en las ocho secciones electorales. Los mileístas habrían ofrecido, se comenta en distintas fuentes, un legislador por sección electoral al PRO. Entre ellos, podría haber algún intendente: el propio Montenegro en la Quinta y el juninense Pablo Petrecca en la Cuarta. Quizás Santilli vaya por la Primera para eventualmente enfrentar al tigrense Sergio Massa.