Los voceros del gobierno han emitido sus declaraciones sobre los detenidos utilizando repetidamente los términos «terrorista» y «fascista» para señalar, entre otros, a Naomi Gabriela Arnaudez Ramos. Frente a estas acusaciones, me permito ofrecer una perspectiva distinta, basada en mi experiencia personal con Naomi. A continuación, transcribo textualmente una carta de recomendación que redacté en 2021 a solicitud de una ONG que evaluaba a Naomi para la aprobación de una beca:
“Estimados señores:
Es un honor dirigirme a su prestigiosa organización. En mi calidad de docente de la Universidad de Carabobo y politólogo en ejercicio, deseo expresar mi satisfacción por la selección de la bachiller Naomi Gabriela Arnaudez Ramos para su programa de becas. Tuve el privilegio de conocerla en dos roles: como activista por los derechos de la mujer y como estudiante de ciencias políticas. En ambas facetas, Naomi destaca por su dedicación incansable y su profunda conciencia de los problemas que aquejan a la Venezuela actual.
Como activista, la conocí hace más de tres años en una plataforma feminista, donde demostró una preocupación genuina por el ‘techo de cristal’ que limita la participación protagónica de las mujeres en el ámbito público. Naomi posee un agudo sentido de las oportunidades institucionales para promover ideas en la agenda pública y un pragmatismo esencial para comprender el rol de cada actor relevante.
En el ámbito académico, Naomi es una estudiante excepcional. En el curso de Sociología Política, evidenció una notable capacidad para analizar problemas complejos como la pobreza, la discriminación social, la violencia política y la legitimidad. Su habilidad para relacionar los contenidos teóricos con la dolorosa realidad venezolana la distingue como una potencial agente de cambio. Estoy convencido de que, en cualquier ámbito donde se desenvuelva, Naomi será un pilar para fortalecer los principios democráticos que hoy enfrentan un grave riesgo en nuestro hemisferio.”
Esa es, para mí, Naomi Gabriela Arnaudez Ramos: una joven venezolana con extraordinarias virtudes, comprometida con sanar las profundas heridas causadas por la crisis humanitaria, la dictadura y la sistemática violación de derechos humanos en Venezuela. Hoy, esa joven está tras las rejas, y su encarcelamiento nos afecta a todos. Su sufrimiento es el nuestro; su injusta detención refleja la opresión que padecemos como sociedad. Exijo su libertad inmediata y plena. Solo así podremos, aunque sea por un fugaz instante, aliviar la inmensa vergüenza que nos provocan quienes nos gobiernan.
Julio Castellanos / [email protected] / @rockypolitica