María Terremoto regresa con ‘Arrastrao’: “Estuve a punto de dejar la música”

15

Tiene 25 años, canta desde las entrañas y no le tiembla la voz para decir que no está dispuesta a encajar en moldes ajenos. María Terremoto, heredera de una de las sagas más legendarias del flamenco ­–nieta de Terremoto de Jerez e hija de Fernando Terremoto–, toma las riendas de su trayectoria y firma su propio manifiesto. Literal.

Después de la reciente publicación del disco Manifiesto, el segundo de su carrera, la cantaora jerezana lanza la canción Arrastrao, una colaboración con Faenna (Julia González Cabrera; Málaga 2003), que han compuesto y grabado juntas, un tema de flamenco urbano sobre una mujer “puesta’ pa’ la pelea” que se empodera y deja a su pareja: “Ya no quiero nada de ti, no mereces este cuerpo”, “yo te he dado toda mi vida, y tú al suelo la has tirao”, canta. 

Un tema producido por Lost Twin (C Tangana, María José Llergo…) y una suerte de conjuro contra las relaciones tóxicas. “Gracias a Dios, mi relación es completamente pacífica y fructífera. Pero tengo muchas amigas que han pasado por relaciones muy tóxicas. Me pareció importante dar voz a esas mujeres que no pueden salir de ese tipo de vínculos y que necesitan empoderarse, decirle adiós al apego emocional”, explica. 

La cantante actuará en el Universal Music Festival.
La cantante actuará en el Universal Music Festival.
CEDIDA/Universal Music

La letra traza el arco de una transformación: de la dependencia al desapego, de la sumisión al orgullo. “La canción quiere mostrar esa evolución de una mujer que se siente atrapada a una que se empodera y dice: “Ahora quieres que te quiera, ahora te ves arrastrao”. María Terremoto lo canta con la rapera Faenna, que ya ha fusionado rap y flamenco en el disco Julia y Manuel. “Nos conocimos por redes. A mí el rap me gusta mucho, aunque no lo practico. Me encanta Nathy Peluso, Trueno… Y Julia [Faenna] me llamó la atención por cómo escribe, por su manera de decir tanto con tan pocas palabras”, cuenta. 

La grabación en Sevilla fue de lo más fluida: “Grabamos las voces, pusimos el beat, y aunque estuvimos un rato con la misma melodía, en cuanto ambas sentimos que lo teníamos, lo grabamos en un día”.

Brooklyn Tech Support

María Terremoto también tardó poco en componer Manifiesto, definido por algunos medios como el primer mejor álbum de 2025, un álbum urgente y visceral. Lo compuso en solo 15 días. “Nació de una necesidad profunda de expresarme, de ordenar mi dolor, de sanar”, confiesa. La muerte de su padre, la de su abuelo, el vértigo de crecer bajo el peso de un apellido insigne y el deseo de construir una identidad propia se cuelan en cada letra, cada quejío, cada ruptura de estilo. 

María Terremoto, a la izda. con Faenna.
María Terremoto, a la izda. con Faenna.
CEDIDA/Universal Music

Un disco que no se limita a homenajear la tradición: la interroga, la retuerce, la atraviesa con otras músicas. “Vengo del flamenco clásico, ortodoxo. Pero nací en el 99, estoy entre millennials y centennials, y mi cuerpo, mi oído, mi mente, me piden probar cosas nuevas”, afirma Terremoto, y añade: “Estoy montando nuevos rituales para afrontar esta etapa, que es completamente distinta, y la estoy disfrutando mucho”..

Ese cruce de géneros no ha estado exento de críticas. No todos están dispuestos a acompañarla en esta travesía. “Subí un teaser a redes y leí comentarios como ‘Lo que hacen las discográficas, hacerte hacer el ridículo por dinero’ o ‘No cambies, María, eres la única que nos queda’. Comprendo muchas cosas, pero al final es una manera de prohibir al artista expresarse”, asegura. “No voy a dejar el flamenco, porque es mi sangre. Pero tampoco voy a dejar de hacer otras cosas por ser flamenca. Tengo inquietudes y hay que aprovecharlas. Si no te gusta, no lo escuches”.

Me dije ‘Gordita, ponte’. Y me puse, me puse, me puse… Y cuando me quise dar cuenta ya tenía el disco compuesto

La presión por mantenerse fiel a esa herencia sin margen para explorar otras formas la llevó al límite: “Estuve a punto de dejarlo. Creo que ahora es cuando realmente he tomado conciencia de todo lo que he pasado. Querer hacer tantas cosas, sentirme tan cuidada ­–y a la vez tan presionada– por un género como el flamenco, que es mi género, el de mi sangre y mi cuna, me llevó a plantearme muchas cosas. Incluso llegué a pensar si quería seguir en la música. Pero claro, no me imagino mi vida sin un escenario, sin música. Entonces dije: ‘Gordita, ponte’. Y me puse, me puse, me puse… Y cuando me quise dar cuenta, ya tenía el disco compuesto”. 

Su gira sigue: entre otras ciudades, se la podrá escuchar el 24 de mayo en el Universal Music Festival en el Teatro Albéniz (Madrid); el 31, en Ibiza (SDL Ibiza Festival) y el 12 de julio en el Festival de Cante Flamenco de Moguer. 

Los sacrificios de empezar tan joven no siempre son visibles desde fuera. Con 8 años cantó por bulerías en la Peña ‘Fernando Terremoto’ de Jerez de la Frontera junto a su padre y en 2016, se convirtió en la artista más joven en recibir el Giraldillo Revelación en la Bienal de Flamenco de Sevilla. “Profesionalmente, empecé a los 16, salí del instituto y me subí directamente a los escenarios. He tenido que sacrificar muchas cosas: tiempo con amigos, eventos familiares, incluso algo tan simple como salir a tomar el aire”, admite. “Es un mundo precioso, me siento afortunada, pero también es muy exigente. Me ha pasado factura. En los últimos años, he estado en un proceso de salir de un agobio, de una acumulación de pensamientos. Hubo un momento en que me sentía muy perdida. Pero como todo, la tormenta pasa”.

También ha tenido que convivir con una expectativa constante: la de estar a la altura del legado familiar. “Me encantaría poder hacer oídos sordos a las críticas de quien no quiere ver más allá”, dice. Pero esa misma historia también la dota de una perspectiva aguda sobre lo que significa ocupar un espacio en el flamenco siendo una mujer joven. “Estoy conociendo a muchas chicas que, aunque no vienen del flamenco, lo aman y lo respetan. Somos compañeras, da igual el género musical. La unión hace la fuerza”, reivindica.

Tengo amigas que lo han dado todo en relaciones donde no fueron tratadas como merecían

A pesar de que nunca ha recibido mensajes personales de mujeres que se identifiquen con sus canciones, sabe que están ahí, al otro lado. “Tengo amigas que lo han vivido y que lo han dado todo en relaciones donde no fueron tratadas como merecían. Si alguien me pidiera ayuda o visibilidad, estaría totalmente dispuesta a ofrecerla dentro de mis posibilidades”.

Para María Terremoto, el cante es algo más allá de la herencia: es una herramienta para hablar del presente, para curar lo propio y lo ajeno. “La música es un medio de transmisión muy potente. Las mujeres que nos dedicamos al arte podemos dar voz a quienes no la tienen, aunque no sea desde la experiencia propia. Es casi un deber”.

Tras escuchar el tema Arrastrao y el disco Manifiesto queda claro que María ya no canta solo con la voz de ‘su sangre’; canta con la suya. 

Leave A Reply

Your email address will not be published.