
La Universidad de Harvard ha demandado a la Administración de Donald Trump un día después de que el Gobierno de Estados Unidos bloqueara la posibilidad de que estudiantes extranjeros se matriculen en esta prestigiosa institución educativa.
En la demanda presentada en un tribunal federal de Boston y citada por la agencia Reuters, Harvard califica la medida de “violación evidente” de la Constitución de Estados Unidos y otras leyes federales. Además, considera que tendrá un “efecto inmediato y devastador” sobre la universidad y los más de 7.000 estudiantes con visas con los que cuenta.
“De un solo golpe, el gobierno ha intentado eliminar a una cuarta parte de los estudiantes de Harvard, estudiantes internacionales que contribuyen a la Universidad y su misión”. Además, la prestigiosa institución asegura que cumplió con los requisitos enviados por la Administración el pasado abril para conservar su financiación y facilitó información sobre los alumnos con visados de estudiante al Gobierno, tal y como este solicitaba.
Este nuevo paso en la escalada del conflicto que Trump mantiene con el centro es la respuesta a la carta que Harvard recibió hace menos de 24 horas firmada por la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, en la que se le comunicaba que, “con efecto inmediato”, el programa de Estudiantes y Visitantes Extranjeros había sido “revocado”, lo que se traducía en que “Harvard ya no puede matricular a estudiantes extranjeros y que los estudiantes extranjeros actuales deben transferirse o perderán su estatus legal”. También, el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos acusaba a Harvard de crear “un ambiente inseguro en el campus al permitir que agitadores antiestadounidenses y proterroristas acosen y agredan físicamente a personas, incluyendo a muchos estudiantes judíos”.
El presidente de Harvard, Alan Garber, ha rechazado estas acusaciones y en una carta dirigida a los estudiantes y citada por The New York Times ha asegurado que la decisión de presentar la demanda contra el Gobierno de Estados Unidos responde al “peligro” que supone la decisión de la Administración Trump para “el futuro de miles de estudiantes y académicos de Harvard“. Ademas, Garber advierte que el veto impuesto “sirve de advertencia” al resto de estudiantes de las universidades del país que “han llegado a América para conseguir una educación y alcanzar sus sueños”.
El Gobierno de Trump ha ido incrementando la presión sobre las universidades de élite al considerar que permiten acciones antisemitas y promocionan políticas woke. La primera en plantarse ante sus exigencias fue Harvard cuando el pasado abril se negó a aceptar las demandas de la Casa Blanca para que el centro adoptase “medidas para erradicar el antisemetismo“, tras las manifestaciones contra la guerra en Gaza celebradas por los estudiantes en sus instalaciones, y la eliminación de todos los programas de Diversidad, Equidad e Inclusión, al considerar que las admisiones deben realizarse únicamente “por méritos”.
La Universidad de Harvard ha demandado a la Administración de Donald Trump un día después de que el Gobierno de Estados Unidos bloqueara la posibilidad de que estudiantes extranjeros se matriculen en esta prestigiosa institución educativa.