
Los uruguayos hicieron del sepelio del presidente José Pepe Mujica un reconocimiento colectivo a su grandeza. La que reside en la entrega total al servicio con humildad y generosidad.
Le reconocieron su extraordinaria condición humana. Le cantaron con devoción y le leyeron poemas como para entregarlo y abonar la naturaleza.
Hicieron un acto colectivo hermoso, digno para una figura que a fuerza de golpes se hizo filósofo.
Paz eterna para el Pepe.