Un giro inesperado en la guerra comercial: Lo que acaban de pactar EE.UU. y China podría cambiarlo todo
Las tensiones entre Washington y Pekín habían alcanzado su punto más alto en años. Sin embargo, lo que parecía una disputa sin salida dio un giro inesperado. Tras días de negociaciones en Ginebra, ambas potencias han alcanzado un acuerdo que podría redefinir el panorama económico global. ¿Qué implica realmente esta tregua arancelaria y qué hay detrás del optimismo de los mercados?
Un alivio comercial que sacude los mercados

Estados Unidos y China han sorprendido al mundo al acordar una reducción significativa de los aranceles mutuos durante un periodo inicial de 90 días. El anuncio, resultado de maratónicas reuniones diplomáticas en Ginebra, fue recibido con entusiasmo en las bolsas internacionales. Los índices bursátiles de EE.UU. y Asia se dispararon tras conocerse la noticia, reflejando el alivio de los inversores tras años de tensión comercial.
Según lo pactado, EE.UU. bajará temporalmente sus aranceles sobre productos chinos del 145% al 30%, mientras que China reducirá los suyos sobre importaciones estadounidenses del 125% al 10%. Aunque los gravámenes relacionados con el fentanilo seguirán vigentes, el acuerdo representa una desescalada tangible en una guerra comercial que ya comenzaba a generar consecuencias negativas en ambos países.
Impactos económicos y señales de un nuevo rumbo

Las cifras lo evidencian: la economía estadounidense mostró su primera contracción trimestral desde 2022, mientras que las exportaciones chinas a EE.UU. se desplomaron, afectando seriamente su industria manufacturera. Esta presión bilateral parece haber forzado una tregua temporal con potencial transformador.
Según explica CNN, expertos como Dan Ives, de Wedbush Securities, han calificado el pacto como “el mejor escenario posible”, aunque advierten que se trata solo del inicio de negociaciones más complejas. Beijing, por su parte, ha adoptado un tono inusualmente conciliador, a diferencia de su postura previa de exigir la eliminación total de aranceles antes de dialogar.
Próximos pasos y un nuevo canal de diálogo
Además del alivio inmediato, se ha establecido un nuevo mecanismo de diálogo bilateral encabezado por figuras clave de ambos gobiernos, como He Lifeng y Scott Bessent. Este canal permitirá encuentros regulares, ya sea en China, Estados Unidos o en un tercer país, con el objetivo de profundizar las negociaciones comerciales y económicas.
El propio Bessent lo dejó claro: “Nadie quiere una desvinculación total. Lo que vivimos fue un embargo disfrazado. Ahora buscamos comercio real y un mayor equilibrio”.
Las señales son claras: pese a que el acuerdo es provisional, el ambiente parece propicio para reconstruir una relación comercial sostenible. Si las próximas rondas de diálogo mantienen este ritmo, podríamos estar ante el comienzo del fin de una de las guerras económicas más intensas de la era moderna.