Vecinos de Villa Paraíso tienen 35 años a la espera de ver consolidados los servicios de agua potable y servidas

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Villa Paraíso es un barrio que se encuentra en una subida empinada, en el eje de la Circunvalación Sur de Carúpano, en el estado Sucre, y pese a ser una comunidad con 35 años, llevan toda la vida a la espera que se concreten los proyectos de abastecimiento de agua y una red de aguas servidas. La comunidad está conformada por unas 200 familias, que totalizan unos 1.000 habitantes.

El acceso a la zona es otro problema, porque el asfalto solo alcanzó para la entrada del sector. Luego de esas dos primeras cuadras, hay que caminar por calles llenas de piedras y sedimentos, que no conocen la presencia de un patrol desde hace muchos años.

Mariela Guilarte es la líder territorial del sector y da cuenta de la necesidad de que se termine la red de cloacas, que se inició y dejaron a la mitad, y que se resuelva el problema del abastecimiento de agua, con la cual nunca han contado por tubería.

La vocera comunal admite que les sobran los problemas, como tener que lidiar con pozos sépticos, las calles sin asfaltar, la ausencia de alumbrado y sobre todo, la falta de agua. “Aquí no llega agua. Solo sube hasta la mitad, y hay que comprar agua”.

La vecina señala que debe comprar el líquido a los camiones cisterna y gasta hasta 300 bolívares semanales para abastecer sus necesidades. “Y a veces no hay para comprar y esperamos la lluvia de papá Dios”.

Dijo que no se han quedado a la espera de que les lleguen soluciones, y han elaborado proyectos para las cloacas, el alumbrado y el asfaltado, entre otros, pero nada se ha dado.

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Hay denuncias de colapso de sépticos, mientras la red de cloacas se quedó a la mitad / Foto: Otto Irazábal

Colapso

A la voz de Guilarte, se unió la de Damaris Tovar, quien insistió en que se resuelva el problema de la cloaca. En el caso de su vivienda, señaló que tienen un pozo séptico a punto de colapsar. “Varios vecinos tenemos problemas con los sépticos”.

Indicó que las autoridades se comprometieron a terminar las tuberías, pero aún siguen esperando a que honren la promesa. “Palabras y palabras nunca cumplidas”.

Con relación al agua potable, ratificó que no sube hasta la parte alta del barrio y en el caso de su familia, tienen un carrito donde cargan con la dotación que requieren, algo que no es fácil por el estado en que se encuentra la vía.

Cecilia Marín, otra residente, expresó que el problema del agua es grave y los obliga a comprar, en su caso, cada 15 días, para poder abastecerse. “Pago 300 bolívares, de agua dulce, porque nos traían agua salobre”.

Bermúdez / Yumelys Díaz

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