Desde principios de diciembre miles de dominicanos residentes en el extranjero, muchos de ellos con varios años sin venir a a su tierra natal, arriban por el Aeropuerto Internacional de Las Américas José Francisco Peña Gómez (AILA) a pasar estas festividades navideñas y recibir el nuevo año en compañía de familiares y amigos.
En el área de espera del importante puerto aéreo, cientos de personas llegan todos los días de este diciembre para esperar los vuelos que vienen a distintas horas proveniente desde Estados Unidos, Europa y otros países en donde llega algún familiar o amigo. Con flores, peluches, arreglos de globos, etc., muchas las personas esperan a sus seres queridos.
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Hombres, mujeres y niños con sus rostros lleno de emoción, abrigados; unos con bultos de manos y mochilas, otros cargados de maletas, salían del área de aduanas y chequeos a buscar al familiar que lo esperaba.
Ahí abrazos efusivos, besos en bocas y mejillas, en ocasiones lagrimas, pero al final risas, luego se marchaban.
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“¡Nada como este país, cooooño!”, dijo un hombre de uno 35 años que era recibido por otros dos que parecían ser su compañía de parranda. “Aunque no te traje lo que me dijiste, te traje algo mejor”, volvió a decir el hombre mirando a uno de los compañeros.
Aunque algunos se mostraban escépticos de ser entrevistados decían estar muy contentos de llegar a su país y más en especial en esta época de Navidad en donde la cena con puerco asado, ensalada rusa y moro de guandules tiene un sabor único. Y nada que hablar de beber romo en compañía de los amigos del barrio.
