
El primer ministro francés, Michel Barnier, situó este lunes a su Gobierno minoritario al borde del abismo tras abrir la puerta de una moción de censura que está destinado a perder después de anunciar la adopción sin voto parlamentario de los presupuestos de la Seguridad Social para 2025. Barnier se vio obligado a recurrir al polémico artículo 49.3 de la Constitución, un mecanismo que permite la aprobación de una ley sin el respaldo de la Asamblea Nacional, al no contar con los votos necesarios.
Los partidos de oposición han anunciado que presentarán la moción en las próximas horas y que será debatida con toda probabilidad el próximo miércoles en la Asamblea. El presidente de la ultraderechista Agrupación Nacional (RN) de Marine le Pen, Jordan Bardella, ya anunció esta mañana que votararían a favor de una moción salvo un “milagro de última hora” que, finalmente, no se ha materializado. “El primer ministro acaba de recurrir al artículo 49.3 de la Constitución para aprobar el presupuesto de la Seguridad Social. Este texto, como este Gobierno, merecen la censura“, publicó el partido en su cuenta oficial de X (antes Twitter).
Mathilde Panot, líder parlamentaria de La Francia Insumisa (LFI), también confirmó que su grupo votará a favor de la moción, calificando la situación de “caos político”. En una intervención televisiva, Panot denunció que el Gobierno “ha hecho un pacto vergonzoso con la extrema derecha” y describió el uso del artículo 49.3 como una maniobra “antidemocrática”. La colider del Grupo Ecologista, Cyrielle Chatelain, enfatizó por su parte que la censura no solo es un imperativo político, sino una necesidad para garantizar un presupuesto que responda a las “prioridades reales de los ciudadanos, especialmente en salud”.
El primer ministro defendió la adopción del presupuesto como un acto de responsabilidad, destacando los recortes de 40.000 millones de euros y el aumento de impuestos a los más ricos y grandes empresas como medidas imprescindibles para reducir el déficit. Sin embargo, sus palabras no lograron aplacar las críticas. “Es el momento de la verdad”, declaró Barnier ante los diputados, instándolos a optar entre la responsabilidad financiera o “el territorio desconocido” que representaría la moción de censura.
Con un déficit del 6,1% este año y la presión de Bruselas para reducirlo al 3% en 2029, Francia enfrenta la posibilidad de un aumento en los intereses de su deuda. Barnier ha advertido que la caída de su Gobierno podría desatar una “tormenta” financiera que afectaría a los hogares y las empresas francesas.
Pero la oposición no parece dispuesta a dar su brazo a torcer. “Este Gobierno no puede vivir”, sentenció a Bardella, que acusó a Barnier de estar “prolongando el macronismo” pese a que el partido del presidente Emmanuel Macron fue derrotado en las legislativas de julio. En aquellas elecciones, el RN, logró posicionarse como el más votado con 11 millones de votos, aunque quedó tercero en número de diputados, detrás de la coalición de izquierdas y los macronistas.
De aquellos polvos, estos lodos
Jaime Coulbois, investigador en el Departamento de Ciencia Política de la UAM, sostiene que la crisis actual encuentra su raíz en un error estratégico de Macron. “El presidente convocó elecciones legislativas creyendo que lograría una mayoría, lo cual demostró ser evidentemente un error de cálculo garrafal“, asevera. Esta apuesta no solo resultó fallida, sino que dejó al Ejecutivo en manos de un Parlamento fragmentado, donde el partido del presidente perdió protagonismo frente al RN y la coalición de izquierdas.
“Es difícil comprender cómo Macron no vio venir que nombrar a un primer ministro sin apoyo real en la Asamblea Nacional supondría debilitar aún más al Ejecutivo“, considera Coulbois. Este escenario, sumado a la limitada tradición parlamentaria de Francia —una de las democracias occidentales donde el presidente concentra mayor poder—, ha desembocado en el imminente bloqueo político. “Los franceses están aprendiendo ahora lo que significa gobernar en coaliciones o minorías, algo que España o Italia han experimentado con anterioridad”, añade.
El primer ministro francés, Michel Barnier, situó este lunes a su Gobierno minoritario al borde del abismo tras abrir la puerta de una moción de censura que está destinado a perder después de anunciar la adopción sin voto parlamentario de los presupuestos de la Seguridad Social para 2025. Barnier se vio obligado a recurrir al polémico artículo 49.3 de la Constitución, un mecanismo que permite la aprobación de una ley sin el respaldo de la Asamblea Nacional, al no contar con los votos necesarios.