El ajuste fiscal implementado por el presidente Javier Milei es “muy bienvenido” aunque debe “proteger a los más vulnerables”, afirmó ayer el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el brasileño Ilan Goldfajn.
El BID está apoyando a Argentina en mejorar la “eficiencia del gasto”, dijo su presidente en un encuentro con la prensa, en la previa a la cumbre del G20 que se celebrará mañana y el martes en Río de Janeiro.
“Por ejemplo, Argentina necesita reducir los subsidios energéticos, entonces asesoramos para que lo haga de una forma no regresiva, protegiendo a los que pueden pagar menos”, explicó Goldfajn.
Bajo el lema de pasarle con la “motosierra” al Estado, el gobierno de Milei ha llevado adelante un programa de duro ajuste fiscal desde su asunción a fines de 2023, con un impacto ya de “cinco o seis puntos porcentuales del Producto Bruto Interno”, según el presidente del BID.
En las últimas semanas, la administración argentina celebró una reducción de la inflación, una estabilización del precio del dólar y una mejora en la percepción de los mercados.
Una mejor calificación
La agencia de calificación Fitch subió este viernes la calificación de largo plazo de Argentina y estimó que su actividad económica se recuperará durante 2025, tras una fuerte crisis que contribuyó al ascenso de Milei al poder.
Sin embargo, el ajuste ha agudizado una situación social que ya era grave. La pobreza alcanzó al 53% de los ciudadanos durante el primer semestre de 2024, según cifras oficiales, y aumentó once puntos desde la asunción de Milei.
El presidente asistirá a la cumbre del G20. Su oposición a temas de consenso entre los demás países, como la lucha contra el cambio climático, genera incertidumbre sobre su adhesión a la declaración final.
Consultado sobre los riesgos para el multilateralismo que significa la victoria de Donald Trump en Estados Unidos, Goldfajn dijo que los bancos multilaterales de desarrollo como el BID están “muy acostumbrados a los cambios de gobierno” y trabajan “con todos los gobiernos y líneas, porque las prioridades son de los países”.
“Siempre encontramos puentes”, afirmó el presidente del BID, quien antes había dirigido el Banco Central de Brasil entre 2016 y 2019.
El BID anunció este viernes que destinará 25.000 millones de dólares entre 2025 y 2030 a créditos subsidiados para políticas públicas contra el hambre y la pobreza en América Latina y el Caribe, en línea con los objetivos de la “Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza” propuesta por la presidencia brasileña del G20.
La institución asumió además el compromiso de usar más del cincuenta por ciento de sus recursos a proyectos para favorecer a los sectores vulnerables en la región.