La historia del Caravaggio perdido

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Caravaggio, el genio de la luz y de la sombra, sigue fascinando. Después de décadas de misterio, ha aparecido una obra del que está considerado como uno de los más grandes pintores del Barroco, entre los más influyentes de la historia del arte. Apasiona la historia de este cuadro, que se creía desaparecido durante más de medio siglo, de Michelangelo Merisi da Caravaggio (Milán, 1571-Porto Ércole, 1610). Se trata del ‘Retrato de Maffeo Barberini’, antes de convertirse en el Papa Urbano VIII, un cuadro sólo conocido por los estudiosos.

Formaba parte de una colección privada que lo ha cedido temporalmente. Por primera vez se exhibirá en Roma, en el Palacio Barberini, conocido por su grandiosa arquitectura y su rica colección de arte. Será una exposición individual, entre las maravillas barrocas del palacio romano que lleva el mismo apellido que el pontífice Urbano VIII, elegido en 1623. El palacio fue construido a partir de 1625 para la familia Barberini, de la nobleza romana, especialmente influyente en tiempos de Urbano VIII, amante de la pompa y gran mecenas, culto y coleccionista de arte.

Papa nepotista, que potenció la Inquisición, tras su muerte, en 1644, su familia se vio obligada a abandonar Roma durante un largo exilio para evitar represalias. El lienzo de gran tamaño (124 x 90 centímetros) se mostrará por primera vez en Roma del 21 de noviembre al 23 de febrero de 2025, y luego formará parte de la gran exposición sobre ‘el pintor maldito’, prevista para marzo de 2025, con motivo del Jubileo.

Identificación

Fue Roberto Longhi, crítico y profesor de Historia del Arte, gran experto de Caravaggio y famoso internacionalmente, quien identificó el cuadro en la tienda de un anticuario florentino. Publicó una fotografía del mismo por primera vez en 1963, en su revista ‘Paragone’, obteniendo el consenso unánime de la comunidad científica de que se trataba de un auténtico Caravaggio.

Desde entonces, esa toma, posteriormente reproducida también en la web, sigue siendo la única prueba de la existencia de la obra. Para los expertos, sólo podía ser un cuadro de Caravaggio: La imagen del cardenal, de una treintena de años, que se vuelve repentinamente y apunta con el dedo, es un retrato en movimiento, un prodigio de la pintura del siglo XVII en constante competencia con la escultura.

No solo el estilo del ‘Retrato de Maffeo Barberini’ se identifica con el clásico claroscuro de Caravaggio, sino que también varias fuentes históricas dieron la razón a Roberto Longhi al vincular los destinos de Michelangelo Merisi y la familia Barberini. Según Longhi, la obra, que resurgió en Roma sin documentación, permaneció en la colección de la familia durante siglos, antes de acabar en una colección privada, probablemente durante la dispersión de los bienes de los Barberini en los años 1930.

«Un bellísimo hallazgo»

Explican los medios italianos que el retrato del que se convertiría en Urbano VIII parecía haberse desvanecido en el aire. Muy pocos lograron ver el lienzo en persona. La colección privada en la que se encontraba estaba en Florencia. La misma ciudad donde Longhi la había identificado hace más de sesenta años. Las negociaciones para que la obra finalmente pudiera mostrarse al público no fueron fáciles. Pero por fin, tras un acuerdo con la mediación del Ministerio de Cultura, ha llegado el momento para la exposición del cuadro. En el mundo del arte se habla de «un bellísimo descubrimiento, una pintura que hay que ver». Será, por tanto, un acontecimiento de extraordinario interés tanto para los estudiosos como para el público en general, porque observar por primera vez en público un cuadro auténtico de Caravaggio es una rareza.

El vínculo con la escena romana de la juventud del pintor aumenta su valor. Era sobre todo la Roma de los cardenales, de los mecenas, de los coleccionistas, en el corazón de la Roma barroca, con tesoros de Caravaggio en San Luigi dei Francesi, Galería Borghese, Palacio Odescalchi. Pero era también la Roma más sórdida, la de las estrechas callejuelas de Campo Marzio, pobladas de artistas sin dinero y prostitutas, donde el pintor vivió y firmó su sentencia, matando a un hombre el 28 de mayo de 1606. Después llegó el exilio y la huida al sur de Italia para evitar la condena tras el asesinato: a Nápoles y Siracusa (Sicilia), donde dejó también maravillosas huellas de su paso.

Autobiografía pintada

En cierta forma, sus cuadros son una autobiografía no escrita sino pintada, y constituyen algunas de las obras maestras más importantes del arte occidental. Entre otras, cabe destacar a ‘Judith decapitando a Holofernes‘, el ciclo dedicado a San Mateo, el autorretrato como Baco y ‘La conversión de San Pablo’.

Tras una vida turbulenta, Caravaggio murió a los 39 años en Toscana, el 18 de julio de 1610, en circunstancias misteriosas. Lo ocurrido durante los últimos días del artista es uno de los casos más debatidos en la historia del arte. De ello aún se habla y se escribe. El pasado miércoles, 13 de noviembre, en horario de máxima audiencia, en la televisión La7, el conocido escritor y periodista Aldo Cazzullo dedicó un programa sobre el misterio de la muerte de uno de los más grandes pintores de la historia del arte.

Obviamente, un Caravaggio auténtico como es el ‘Retrato de Maffeo Barberini’ no se puede poner a la venta en el mercado internacional. Lo impide la normativa del Ministerio de Bienes Culturales. De ahí que su precio sea menor en el mercado italiano. Pero al menos vale una treintena de millones de euros. Así lo demuestra el reciente caso del Ecce Homo, descubierto en 2021 en Madrid, vendido por unos 36 millones a un británico residente en España. Se espera que el Ecce Homo forme parte también de la gran exposición dedicada a Caravaggio en Roma en el año 2025.

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