Un equipo de investigadores publicó la descripción detallada de la criatura marina antes conocida como “molusco misterio” debido a su extraño cuerpo.
El nombre científico del animal es Bathydevius caudactylus y el primero que lo observó fue un vehículo de operación remota (ROV) en 2000, al sumergirse en la bahía de Monterey en California. Es un animal tan raro que se requirió casi un cuarto de siglo para encontrar a qué rama pertenece en el árbol de la vida. Según Bruce Robison, científico en jefe del Instituto de Investigación del Acuario de la Bahía de Monterrey, “es la descripción más detallada que se haya hecho de un animal de las profundidades”.
El equipo publicó su descripción en Deep-Sea Research part I, justo después de que los vehículos de operación remota MBARI observaran a la criatura más de 150 veces desde aquella primera ocasión. También se logró recuperar un espécimen del marm profundo para estudiarlo en el laboratorio. Después de los análisis anatómicos y genéticos, los investigadores concluyeron que el B. caudactylus es un nudibranquio, grupo de animales conocidos comúnmente como babosas de mar.
Este nudibranquio en particular es el primero que se conoce dentro de la columna de agua profunda conocida como la zona de medianoche, a unos 1.000 a 4.000 metros de profundidad. Sin embargo, el aspecto más cautivante del molusco misterio es su extraña morfología, que logró investigarse por completo a lo largo de más de veinte años. Tiene un capuchón gelatinoso, una cola en forma de remo, con dedos, y es bioluminiscente, lo que significa que brilla. Eso lo convierte en un rarísimo ejemplo de nudibranquio luminiscente.
La naturaleza nos confunde a veces
El molusco misterio hace que recordemos a otra criatura que nos resulta confusa: el ornitorrinco. De hecho, cuando los científicos occidentales vieron por primera vez al monotrema, creyeron que se trataba de un engaño al ver el cuerpo de una nutria que tenía patas con membranas, la cola de un castor y el pico de un pato, además de espinas venenosas. Si el B. caudactylus nos resultara tan extraño probablemente reaccionaríamos de la misma manera.
“La primera vez que lo filmamos brillando con el ROV, todos exclamamos “¡Oooooh!” al mismo tiempo” dijo Steven Haddock, científico principal del MBARI en un comunicado.
Descubrieron que la bioluminiscencia proviene de gránulos que brillan en el capuchón y la cola del animal. A veces, el molusco pierde alguno de los luminosos apéndices de su cola (“dáctilos” que parecen dedos) y los investigadores creen que es una forma de distraer a los depredadores. El animal puede regenerar sus dáctilos.
Estrategia de defensa
“Es recién en estos tiempos que las cámaras logran filmar la bioluminiscencia en alta resolución y a todo color”, añadió Haddock. “El MBARI es uno de los únicos lugares del mundo donde se ha llevado esta nueva tecnología a la profundidad del océano y eso nos permite estudiar la conducta luminosa en el hábitat natural”. El invertebrado de 14,5 cm. come crustáceos que chupa con su boca en forma de embudo ubicada detrás del capuchón elástico. Además es hermafrodita y desova en el lecho del océano.
Su ritmo respiratorio se parece al de las medusas de las profundidades. Puede trasladarse suspendido por la corriente, y nada muy lentamente. Los océanos de la Tierra cubren alrededor del 70% de su superficie pero la ciencia solo ha logrado estudiar una cuarta parte del lecho océanico global. En los 3.682 metros promedio del agua que hay desde la superficie hasta el fon do hay muchos misterios. Todavía no se han identificado alrededor del 67% del millón de especies que se calcula hay en el océano, sin contar los millones de microorganismos de las profundidades más misteriosas. El mes pasado un equipo coordinado por el Instituto Oceánico Schmidt identificó animales que viven debajo del suelo del océano, lo que extiende los límites conocidos de la vida en la Tierra.
Este artículo ha sido traducido de Gizmodo US por Lucas Handley. Aquí podrás encontrar la versión original.