Los antiguos artrópodos quedaron dorados por su fortuita fosilización en un mineral. Se trata de una especie extinguida que se acaba de descubrir. Solo el color es “oro”. Los restos fosilizados pertenecen a un artrópodo extinto, Lomankus edgecombei, que murió hace unos 450 millones de años y que quedó fosilizado en pirita de hierro o “el oro de los tontos”, un material distinto y por supuesto menos precioso que su lustrosa contraparte de color amarillo. Los especímenes fósiles se describen en un trabajo publicado hoy en Current Biology.
“Además de tener ese color dorado tan bello, estos fósiles quedaron preservados de manera espectacular”, dijo Luke Parry, paleobiólogo de la Universidad de Oxford y autor principal del estudio, en un comunicado de la universidad. “Se ven como si pudieran levantarse y alejarse de aquí”.
El equipo de paleontólogos encontró los especímenes de Lomankus cerca de Rome, Nueva York, en un área rica en fósiles llamada Beecher’s Bed. El Lomankus era un artrópodo, pariente distante de los cangrejos y arañas modernos.
El entorno del Lomankus no tenía mucho oxígeno y eso contribuyó a que se preservaran los especímenes en capas de sedimentos. Eventualmente la pirita amarilla reemplazó los tejidos de los Lomankus, permitiendo que el equipo de paleontólogos reconstruyera al animal en 3D, unos 450 millones de años después.
Un tesoro dorado

Las imágenes en 3D del Lomankus se hicieron con escaneos de tomografía computada. El Lomankus era un megaqueirano, artrópodos con un “gran apéndice” en la parte frontal de sus cuerpos, una pata modificada que se supone “tenía una función sensorial”, según escribieron los investigadores.
“Hay más especies de artrópodos que de cualquier otro grupo de animales en la Tierra. Parte de su éxito es que tienen una cabeza altamente adaptable y apéndices, adaptados a diversos desafíos, como si fueran una navaja suiza”.
Los dorados fósiles de Lomankus muestran la parte abdominal del animal, partes de su boca y delgados flagelos en el gran apéndice que los investigadores creen servía para percibir el entorno y hallar presas. Los fósiles son raros ejemplos de especímenes que brindan información y al mismo tiempo se ven bellos.
Hay depósitos de pirita en todo el este de los EE.UU., como lo indica un trabajo que se dio a conocer este año en la Asamblea General de la Unión Europea de Geociencias. La pirita engaña por partida doble porque hay cristales de pirita que pueden contener oro en verdad. Pero su valor además está en que atrapa litio, un metal codiciado por su uso en tecnología para baterías.
No todo lo que brilla es oro, pero los fósiles dorados del centro de Nueva York por cierto son un tesoro para los paleontólogos y para todo el que desea maravillarse ante las circunstancias que permiten que la vida en nuestro planeta quede preservada durante millones de años.
Este artículo ha sido traducido de Gizmodo US por Lucas Handley. Aquí podrás encontrar la versión original.